FBI investiga a pandillas de alguaciles adjuntos tatuados en el Departamento del Alguacil del Condado de Los Ángeles

Tribune Content Agency

LOS ÁNGELES – El FBI está investigando a una sociedad secreta de alguaciles adjuntos tatuados en el este de Los Ángeles, así como grupos tipo pandilleril similares en otras partes dentro del Departamento del Alguacil del Condado de Los Ángeles, dijeron varias personas familiarizadas con la investigación.

La investigación federal sigue a las acusaciones de golpizas y hostigamiento por parte de los miembros de Banditos, un grupo de agentes asignados a la estación en el Este de L.A. del Departamento del Alguacil que se marcan con tatuajes iguales de un esqueleto con un sombrero, bandolera y pistola. Los miembros de la camarilla son acusados ??por otros alguaciles adjuntos de usar tácticas pandilleriles para reclutar a agentes latinos jóvenes en su grupo y tomar represalias contra quienes los rechazan.

En entrevistas con varios alguaciles adjuntos, los agentes del FBI han preguntado sobre el funcionamiento interno de los Banditos y la jerarquía del grupo, de acuerdo con tres personas con conocimiento cercano del asunto que hablaron con The Times con la condición de que no se usen sus nombres porque la investigación está en curso.

En particular, dijeron las fuentes, los agentes han estado tratando de determinar si los líderes de los Banditos requieren o alientan a los miembros aspirantes a cometer actos criminales, como sembrar evidencia o redactar reportes de incidentes falsos, para asegurarse la membresía en el grupo.

Los agentes también han preguntado acerca de otros grupos que se sabe existen en un departamento que vigila el extenso condado y tiene casi tantos agentes de paz como el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, por su sigla en inglés). Han solicitado información sobre los tatuajes y las prácticas de los Spartans y los Regulators en la Estación Century del departamento, y los Reapers, que operan desde una estación en el sur de Los Ángeles, según las fuentes.

El alguacil Alex Villanueva dijo que no podía hacer comentarios cuando se le preguntó sobre la investigación del FBI el miércoles. Una portavoz del FBI también se negó a proporcionar cualquier información.

La investigación marca el regreso de las autoridades federales encargadas de investigar en el Departamento del Alguacil, que se ha visto asediado por episodios de corrupción y mala gestión en los últimos años.

En 2011, el FBI inició en secreto una investigación sobre los reportes de maltrato a presos cometidos por alguaciles adjuntos que trabajaban en las cárceles del condado. La amplia investigación que involucró a un preso que se desempeñó como informante encubierto afectó al aislado departamento y envió a varios agentes a la cárcel por palizas y encubrimientos. El ex alguacil Lee Baca, su segundo al mando y otros miembros del personal superior fueron condenados por conspirar para obstruir al FBI.

La investigación actual parece haber sido provocada por un grupo de alguaciles adjuntos que en marzo presentaron una denuncia legal contra el condado acusando a los agentes del alguacil de no abordar un ambiente de trabajo hostil en la estación del este de L.A. Los alguaciles adjuntos dicen que los líderes de Bandito, que supuestamente controlan elementos clave de las operaciones de la estación, ponen en riesgo la vida de otros al no enviar respaldo para ayudar en llamadas que representan peligro, imponer cuotas de arresto ilegales y llevar a cabo otras formas de hostigamiento.

La denuncia, un precursor de una demanda judicial, se centra en lo que los alguaciles adjuntos dicen fue un ataque no provocado por parte de miembros de los Banditos durante una fiesta fuera de horas de servicio en la madrugada del 28 de septiembre en el Kennedy Hall, un espacio para eventos cerca de la estación.

El altercado comenzó cuando cuatro Banditos comenzaron a hostigar a un novato, según la denuncia. Otros dos alguaciles adjuntos dijeron que intervinieron; uno fue golpeado repetidamente en la cara, mientras que el otro fue golpeado y pateado varias veces antes de ser sofocado y perder la conciencia, dice la denuncia.

Los agentes del orden acusados ??en la demanda (los alguaciles adjuntos David Silverio, Gregory Rodríguez y Rafael Muñoz, y el Sargento Mike Hernández) fueron puestos en licencia administrativa pagada después del incidente. El Departamento del Alguacil presentó un caso criminal que involucraba a los cuatro hombres ante la oficina del fiscal de distrito el 19 de junio.

Greg Risling, un portavoz de la oficina del fiscal de distrito, dijo el miércoles que no se han presentado cargos y que el caso sigue bajo revisión. Se negó a hacer comentarios cuando se le preguntó si los funcionarios federales le habían pedido a su oficina que suspendiera el procesamiento.

Villanueva ha reconocido la influencia generalizada de los Banditos en la estación del este de L.A., diciendo que “operaban a voluntad” por encima del capitán anterior y dictaban dónde se asignaban los alguaciles adjuntos, lo que les era permitido por el débil liderazgo de las administraciones pasadas.

Él ha dicho repetidamente que su primer acto al asumir el cargo el 3 de diciembre fue incorporar a un nuevo capitán, Ernie Chávez, para sofocar la situación de los Banditos.

“Chávez identificó el problema y a los provocadores del problema, y ha estado haciendo un trabajo encomiable al examinarlos para que la estación funcione y sirva a la comunidad”, dijo Villanueva.

El mes pasado, Villanueva anunció una nueva política que prohíbe específicamente que los miembros del departamento participen en cualquier grupo que promueva una conducta que viole los derechos de otros empleados o del público. La política dice que tales grupos a menudo se organizan bajo un símbolo o tatuaje y aumentan el riesgo de responsabilidad civil para la agencia.

El alguacil afirma que transfirió de la estación a 36 personas que estaban asociadas con los Banditos o que de otra manera fueron identificadas como problemáticas.

Pero Chávez, en una entrevista el miércoles, dijo que las 36 transferencias simplemente reflejan el grupo general de alguaciles adjuntos que abandonaron la estación desde enero, y que todas las salidas fueron voluntarias, algunas debido a ascensos. Dijo que no sabía cuántas personas supuestamente vinculadas a los Banditos fueron transferidas.

Villanueva dijo que cree que ya no existe un ambiente de trabajo hostil en la estación del este de L.A.

“Ahora que se ha roto y dispersado, diría que sí, se acabó”, dijo.

Vincent Miller, un abogado de los alguaciles adjuntos que presentaron la denuncia sobre los Banditos, declaró en denuncias complementarias que el departamento no ha responsabilizado a todos los alguaciles adjuntos problemáticos y dijo que algunos de sus clientes han sufrido estrés emocional continuo debido a la situación.

Si bien ocasionalmente surgen reportes sobre camarillas de agentes de la ley en todo el país, ninguna agencia ha recibido más escrutinio público por ellas que el Departamento del Alguacil en el Condado de Los Ángeles.

Los grupos secretos han estado atrincherados en el departamento durante décadas. Los defensores dicen que las camarillas son fraternidades inofensivas, y las comparan con grupos muy unidos en las fuerzas armadas. Pero una y otra vez, los clubes de alguaciles adjuntos han sido criticados por promover tácticas agresivas y una mentalidad de “nosotros contra todos”.

Un panel de vigilancia en 1992 presionó al Departamento del Alguacil para abordar el problema. Dos décadas más tarde, una comisión especial criticó duramente al departamento por hacerse de la vista gorda y permitir que los grupos usaran una fuerza excesiva contra las personas en las cárceles del condado y en las calles.

El año pasado, The Times informó que surgió un nuevo club de agentes tatuados en la estación de Compton, luego de que un alguacil adjunto allí admitió bajo juramento que tenía un tatuaje de un esqueleto sosteniendo un rifle. El alguacil adjunto, quien fue acusado de fuerza excesiva en el tiroteo fatal de un hombre desarmado, dijo que hasta 20 de sus colegas tienen el mismo tatuaje.

El condado recientemente llegó a un acuerdo de 7 millones de dólares en una demanda judicial después de que los abogados de la familia del hombre asesinado dijeran que el tiroteo fue motivado por la dura labor policial de los oficiales tatuados.

En otro caso, el año pasado, un agente de la estación de Palmdale admitió en una declaración jurada que se había hecho un tatuaje de un cráneo con sombrero de vaquero que era igual al tatuaje de otros varios agentes de la ley en su estación.

Más recientemente, documentos internos mostraron que el alguacil adjunto Caren Carl Mandoyan, quien fue despedido por violencia doméstica y deshonestidad y más tarde fue recontratado por Villanueva, reconoció que tenía un tatuaje como miembro de los Reapers.

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