Lisa Mollet ha recibido propinas generosas en sus más de 15 años como mesera de restaurante, pero nunca una de la variedad de cuatro ruedas.
Eso cambió el mes pasado cuando, en lugar de poner unos dólares bajo su tazón de sopa, un par de clientes de Mollet en Empire Diner en Brooklawn, N.J., le dejaron las llaves de un coche.
Mollet ha estado sirviendo mesas en Empire durante los últimos cuatro años. Dos de sus clientes habituales (Elizabeth “Lisa” Ayala y su novio, Yeisont “Jason” Medina) han disfrutado tanto de su servicio que decidieron regalarle un Nissan Altima 2006 que ya no necesitan.
Esa sí que es una buena propina.
“Experimenté muchas emociones en ese momento”, expresó Mollet. “Me sorprendió y nunca me había pasado algo así. Fue una locura”.
Mollet, de 37 años, vive con su hijo, Kingston, de ocho, y su hija, Brooklynn, de siete, en la cercana Gloucester City. Había tenido problemas con el transporte desde antes de que empezara la pandemia, y se vio obligada a caminar o a tomar un taxi para ir al trabajo.
“Un día ella estaba hablando con mi novio sobre su coche averiado, y fue entonces cuando se nos ocurrió la idea de sorprenderla con uno”, comentó Ayala. “Teníamos un coche extra y pensamos que ella podía usarlo”.
Por supuesto que sí.
El coronavirus hizo que Mollet perdiera su trabajo por unos tres meses, e indicó que ha sido difícil mantenerse al día con las cuentas.
“Estando sin trabajo, estaba tratando de salir adelante día a día, y entonces sucede algo como esto y es una verdadera bendición”, dijo.
Ayala y Medina, que viven en Paulsboro, habían mostrado su generosidad incluso antes de dejarle a Mollet un coche como propina. A principios de este verano, hicieron una fiesta en el restaurante para la hija de 18 años de Ayala, y Mollet fue su camarera.
“Mi compañero de trabajo y yo hicimos la fiesta, y nos dieron 100 dólares a cada uno”, señaló Mollet.
Poco sabía ella que esa propina sería coronada por un juego de ruedas. El Nissan tiene alrededor de 200 mil millas, dijo Mollet, pero oye, la lleva al trabajo.
“Estuvo bien”, comentó Ayala. “Sus ojos se abrieron de par en par y dijo: ‘¿En serio? Les daré un par de dólares por él cuando los tenga'”.
Ayala, de 51 años, dijo que ella y Medina, de 49, no querían dinero por el coche.
“Le dije que no necesitábamos el auto, y que ella puede llevar a sus hijos a la escuela y no tener que caminar o pedir un Uber al trabajo”, señaló Ayala.
Mollet comentó que sus dos hijos quedaron igual de sorprendidos con la propina. Y no fueron los únicos.
“Nunca he visto nada como esto (para) mí o mis empleados”, dijo el propietario de Empire Diner, Dervis Akturk, de 32 años.
Agregó que la propina no pudo haber llegado a una persona más digna.
“Esto es bien merecido”, dijo. “Siempre digo que el trabajo duro da sus frutos, y ella es una de las trabajadoras más eficientes. Me alegré mucho por ella”.
Este gesto ha captado la atención nacional. Mollet dijo que ha sido contactada por The Kelly Clarkson Show y será entrevistada por Skype sobre su inusual propina.
“He tenido noticias de mucha gente, y ha sido increíble”, comentó Mollet.
Para ella, el buen gesto llegó en un momento oportuno.
“Me siento muy afortunada, especialmente después de no poder trabajar durante unos meses”, señaló. “Sobre todo, su generosidad me ha abrumado”.
– Este texto fue traducido por Kreativa Inc.
Visit The Philadelphia Inquirer at www.inquirer.com