WASHINGTON — Millones de estadounidenses que perdieron planes de salud patrocinados por sus empleadores junto con sus empleos podrán recurrir al Medicaid y a los mercados de seguros de salud de del Obamacare con base estatal como una válvula de seguridad.
Algunos estados han facilitado esas opciones, y muchos ya están viendo un aumento de la inscripción en ambos programas o esperan uno pronto.
Pero en otros estados, sobre todo en los 14 que se han negado a ampliar el Medicaid bajo la Ley de Atención Médica Asequible, muchas personas están batallando para obtener cobertura en un momento en que se está propagando un virus letal.
Además, el gobierno federal no permite que las personas que ya estaban sin seguro médico se inscriban en una póliza de Obamacare en healthcare.gov, el mercado federal. Eso afecta a los residentes de 38 estados.
Como el número total de casos de coronavirus en Estados Unidos es ya de más de 550 mil y está creciendo en más de 30 mil casos al día, los expertos en política de salud dicen que la importancia de tener a tantas personas cubiertas por planes de salud como sea posible no podría ser mayor. Asegurar el tratamiento para aquellos con COVID-19 no solo salvaría vidas, sino que ayudaría a detener la propagación de la infección.
“Este virus durará más tiempo, y más personas sufrirán si no pueden obtener cobertura”, advirtió JoAnn Volk, profesora de investigación del Centro de Reformas de Seguros de Salud en Georgetown.
El desempleo durante la crisis pudiera ayudar a aumentar la inscripción en Medicaid de 71 millones a entre 82 y 94 millones, según un nuevo cálculo de Health Management Associates, una firma de investigación y consultoría sobre atención médica.
Más de 2.1 millones de nuevos inscritos pudieran unirse a los 11 millones de los que ya están en los planes de salud del Obamacare, estimó la firma.
Todos los estados excepto uno (Idaho) que operan sus propios mercados de seguro de salud del Obamacare han abierto o extendido los periodos de inscripción para que las personas que antes no tenían seguro puedan inscribirse ahora. Casi todos han reducido el papeleo y suspendido las entrevistas físicas.
Al menos cinco estados (Arizona, Florida, Idaho, Indiana y Montana) se han librado de las primas y copagos del Medicaid o CHIP. Muchos estados están relajando los trámites de inscripción en Medicaid y su programa hermano, el Programa de Seguro Médico para Niños, conocido como CHIP, y permitiendo que la gente se inscriba y presente su documentación después.
Kentucky ha ido más allá. Abrió Medicaid a todos sus residentes sin seguro médico, independientemente de sus ingresos, hasta el 30 de junio.
Sin embargo, muchos estadounidenses siguen teniendo dos obstáculos: la falta de expansión del Medicaid en algunos estados y la negativa del gobierno federal a permitir los mercados del Obamacare en otros.
Catorce estados, en su mayoría en el sur, aún no han ampliado la elegibilidad para el Medicaid, lo que incluso antes de la pandemia del COVID-19 dejaba a 4.4 millones de adultos no ancianos sin opción de seguro médico, según Kaiser Family Foundation.
Medicaid y CHIP son para los estadounidenses de bajos ingresos. Los mercados de seguros de salud del Obamacare son donde otros, que no están cubiertos por planes de salud patrocinados por el empleador, pueden comprar planes de seguro de salud, a menudo con la ayuda de créditos de impuestos federales.
Como era el caso antes del brote del COVID-19, aquellos que pierden sus empleos y, como resultado, su seguro médico patrocinado por su empleador, pueden inscribirse en los planes de salud del Obamacare sin importar donde vivan. También pudieran continuar con el seguro médico de su empleador según la ley federal conocida como COBRA, aunque las primas pueden ser costosas.
Aquellos que ya no cuentan con seguro médico, sin embargo, tienen esa opción solo si viven en uno de los 11 estados más Washington, D.C., que operan sus propios mercados de seguro médico y permiten que se inscriban personas que antes no tenían seguro.
Colorado, uno de los estados que opera su propio mercado, abrió un periodo de inscripción especial debido a la crisis del COVID-19. Shawna Royer-Gravlin, quien vive en Longmont, fue una de los residentes de este estado que aprovechó la oportunidad. Royer-Gravlin, que sufre de artritis y daños en los nervios, había perdido su cobertura del Medicaid en noviembre porque sus ingresos eran demasiado altos, y era demasiado tarde entonces para inscribirse durante el periodo normal de inscripción abierta en Colorado. Pero hace unas dos semanas, ella y su esposo Bruce Gravlin recibieron un mensaje de texto del mercado de seguros estatal informándoles del periodo de inscripción especial.
“Aprovechamos la oportunidad de inscribirla”, agregó Bruce Gravlin.
El resto de los estados dependen del mercado de seguros médicos federales, healthcare.gov. El gobierno federal no ha cambiado sus reglas para permitir que se inscriban los que antes no tenían seguro. A partir de ahora, deben esperar hasta el otoño para el periodo de inscripción abierta.
El Congreso ha proporcionado fondos para pruebas gratuitas para los no asegurados, pero no para tratamiento. Y el estímulo federal que fue aprobado el mes pasado está dispensando 100 mil millones de dólares a los hospitales, que están destinados al tratamiento del COVID-19 para los no asegurados.
Florida no ha ampliado el Medicaid y usa healthcare.gov para los planes de salud del Obamacare.
“Es absolutamente aterrador para los que no cuentan con seguro médico”, dijo Louisa McQueeney, directora de programa de Florida, Voices for Health, que aboga por una atención médica asequible para todos los floridanos y que desde hace tiempo promueve la expansión del Medicaid en el estado. Los legisladores y gobernadores republicanos de Florida han dejado de lado esa medida y la crisis actual no parece haberlos conmovido.
Esa es una respuesta miope durante un brote masivo de enfermedades infecciosas, critican los analistas de políticas de salud. “El temor ahora es que la gente que lo necesita no reciba atención médica”, enfatizó Volk.
La crisis del COVID no creó el mosaico de diferentes pólizas de seguro de salud entre los estados y el gobierno federal, pero la pandemia ha provocado que las diferencias sean más marcadas, apuntó Jesse Cross-Call, analista principal de políticas de salud del Centro de Prioridades de Presupuesto y Políticas, un instituto de investigación y políticas de tendencia izquierdista en Washington, D.C.
“Cuando el acceso a la atención médica es más importante que nunca”, destacó, “esta situación destaca la diferencia que significa el lugar donde vives”.
La acción del Congreso sobre el COVID-19 impone algunos nuevos límites a las agencias estatales del Medicaid durante la crisis. Las reglas buscan asegurar que los estados no recorten la cobertura o reduzcan la elegibilidad, y les den opciones adicionales como la racionalización de los procedimientos de inscripción si deciden ejercerlos.
La Ley Families First, aprobada en marzo en respuesta al COVID-19, pone más dinero federal del Medicaid a disposición de los estados y evita que los estados que reciben el dinero dejen de inscribir a alguien durante la emergencia, incluso a los inscritos cuyos ingresos aumenten o que no proporcionen la documentación requerida.
Según la ley, los estados no pueden recibir el dinero federal para el coronavirus si eliminan a cualquier clase de beneficiarios. Por ejemplo, si un estado hubiera extendido el Medicaid a las personas sin hogar, no podría dejar de cubrir a ese grupo de personas ahora.
Los estados tampoco pueden recibir el dinero si introducen o aumentan las primas del Medicaid. Los pocos estados que sí cobran primas y copagos también pueden eliminarlos, como lo están haciendo al menos cinco de ellos.
“Los copagos y las primas no son generadores de dinero”, enfatizó Matt Salo, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Directores de Medicaid. “Fue realmente una decisión filosófica que algunos estados tomaron para reforzar la noción de que el cuidado de la salud no es gratuito. En una pandemia, esa noción tiene que pasar a un segundo plano para no poner ninguna barrera frente a la gente que está siendo cubierta”.
Anticipación de la inscripción
En los próximos meses, los estados anticipan un aumento en la inscripción en el Medicaid y un aluvión de personas que buscan cobertura a través del mercado de seguros.
Las cifras del mercado del Obamacare en Colorado ya han experimentado un rápido aumento, dijo Luke Clarke, vocero de Connect for Health Colorado, el mercado estatal.
Hasta el 14 de abril, la inscripción al Obamacare había aumentado en ocho mil nueve desde el 20 de marzo, en comparación con 878 en el mismo periodo del año anterior. “Eso es comparable a los grandes días de los periodos de inscripción tradicionales”, recalcó.
Arizona informó el 1º de abril que el Medicaid registró 43 mil inscripciones más que el año anterior, y la mayor parte de ese aumento se produjo el mes previo.
En Maryland, la inscripción al Medicaid fue cuatro por ciento más alta este pasado mes de marzo en comparación con marzo de 2019, y la inscripción en los planes de salud del Obamacare aumentó en cinco mil 100 en el mismo periodo, detalló Andrew Ratner, jefe de personal del Maryland Health Benefit Exchange.
“Hemos comenzado a ver un aumento por el coronavirus”, expuso. “Se hará más pronunciado en los próximos meses, ya que la pérdida de empleos no comenzó hasta casi mediados de marzo y a muchas personas les podrían extender la cobertura por parte de sus empleadores por varias semanas o meses”.
En Connecticut, la inscripción en las políticas del Obamacare aumentó en unos tres mil 900 desde el 20 de marzo. La inscripción en Medicaid y CHIP aumentó en 18 mil.
Medicaid está financiado conjuntamente por los gobiernos estatal y federal, con el estado contribuyendo con entre el 50 y el 78 por ciento, dependiendo del ingreso per cápita del estado. En su legislación sobre el COVID-19, el Congreso aumentó la contribución federal en 6.2 puntos porcentuales.
Pero incluso con los dólares federales adicionales, los gobernadores dicen que a los estados les será difícil conseguir los ingresos para cubrir su parte de los costos de los nuevos beneficiarios. La Asociación Nacional de Gobernadores está pidiendo al Congreso más dinero para el Medicaid.
Visit Stateline.org at www.stateline.org