Rechazando el talento: Los estudiantes extranjeros que quieren trabajar en EU deben navegar por el complejo sistema de visados

Tribune Content Agency

La presión para encontrar un trabajo era alta para Amrit Jalan. Durante 10 meses, el estudiante de la Universidad de Texas en Dallas pasó las mañanas y las noches enviando currículos en Indeed. Era como lavarse los dientes, comparó. Y su capacidad para permanecer en Estados Unidos dependía de ello.

Jalan, originario de India, es uno de los miles de titulares de visas de estudiante que quieren trabajar en Estados Unidos después de graduarse. Pero, además del desafío de encontrar un empleo, los graduados nacidos en el extranjero deben navegar por un camino muy estrecho para permanecer en Estados Unidos permanentemente.

La mayoría llega con una visa F-1, más comúnmente conocida como visa de estudiante. A medida que obtienen sus títulos, a menudo trabajan con una autorización de empleo de Capacitación Práctica Opcional (OPT, por su sigla en inglés). Pero para permanecer y trabajar en Estados Unidos de manera más permanente, necesitan otro tipo de visa, generalmente una visa H-1B para trabajadores con talentos necesarios. Hay una intensa competencia por esas visas, que casi siempre requieren que el trabajador tenga un patrocinador corporativo y que pase por un sistema de lotería.

“Nunca se sabe lo que va a pasar”, dijo Jalan. “Esa ansiedad siempre va a estar ahí hasta que llegue mi H-1B”.

El complejo sistema de obtención de visas de trabajo en Estados Unidos no solo complica la vida de los estudiantes talentosos. Los expertos dicen que está privando a Estados Unidos de ese talento justo cuando el desempleo está en su nivel más bajo en años. Muchos estudiantes extranjeros están siendo forzados a dejar el país, y eso le está costando a Estados Unidos en un momento en que los trabajadores altamente calificados están en alta demanda.

“Atraemos a las mejores mentes de todo el mundo para que estudien en nuestras universidades con una visa F, y luego les hacemos prometer que volverán a casa para que compitan contra nosotros, lo cual es una manera un tanto loca de pensar en ello”, comentó Jeremy Robbins, director ejecutivo de New American Economy.

Después de enviar tres mil currículos en 10 meses, Jalan consiguió un puesto como analista de operaciones en Nike en Portland, cuatro meses después de graduarse con una maestría en ingeniería y gestión de sistemas. Pero todavía necesita su visa H-1B para hacer una vida aquí. Tener un patrocinador corporativo puede que no le consiga ese codiciado documento. También interviene la suerte.

Capacitación práctica

Para la mayoría de los estudiantes, el camino hacia el empleo permanente en Estados Unidos es complicado, y peor aún, tiene la forma de una pirámide invertida, con miles de estudiantes extranjeros que estudian legalmente en Estados Unidos a través de visas F-1, y luego solo una fracción de ellos que trabajan a través de la OPT y muchos menos que pasan a otras visas de trabajo más permanentes como la H-1B después de graduarse.

La OPT autoriza a un estudiante con una visa F-1 para trabajar hasta un año, con una posible extensión de dos años para las carreras de ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM, por su sigla en inglés).

Entre 2014 y 2018, el número de estudiantes como Jalan que recibieron autorización de trabajo temporal bajo la OPT casi se ha duplicado.

En 2014, alrededor de 140 mil estudiantes solicitaron la OPT. Para 2018, el número había crecido a más de 249 mil.

Dos escuelas del área, UT Dallas y UT Arlington, han visto un aumento significativo en la OPT, según datos de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés).

Más de cuatro mil estudiantes de UTD fueron aprobados para el programa en 2018, en comparación con mil 700 en 2014. En el caso de UTA, la cifra para el 2014 fue de 900, que se triplicó a más de tres mil 200 en 2018.

Aquellos que deseen permanecer más tiempo tendrán que solicitar un visado de trabajo. La visa más común es la H-1B.

Patrocinios corporativos

Para obtener una visa H-1B se requiere un patrocinador corporativo. La búsqueda de dicho patrocinador es una fuente constante de ansiedad para los estudiantes que ya están estudiando en Estados Unidos.

En India, Nikita D’Monte obtuvo una licenciatura, una maestría y fue cofundadora de una revista en línea llamada Ink Drift.

Mientras cursaba su segunda maestría en UT Dallas, trabajó como asistente de enseñanza de posgrado, contribuyó con una publicación dirigida por estudiantes y aun así se hizo tiempo para enviar currículos, conectarse con gente en LinkedIn y postularse para al menos mil empleos, dijo.

Durante unos meses, se ofreció como voluntaria y a veces se le pagó mientras trabajaba para una compañía llamada Andwill para mantener su estatus. Mientras tanto, vivía en San Antonio con su amiga para ahorrar en gastos. Tuvo varias entrevistas de trabajo, pero las empresas no estaban dispuestas a contratarla debido a su estatus de visa.

“No es el hecho de que mis habilidades no estén a la altura del trabajo”, explicó. “A veces siento que estoy sobrecalificada. Me han dicho que, ya sabes, ‘Este puesto puede estar un poco por debajo de tu conjunto de habilidades … pero, de nuevo, aunque estés sobrecalificada, no podemos aceptarte porque no estamos dispuestos para patrocinar (un visado) en este momento’”.

Sin un patrocinador corporativo, D’Monte no puede solicitar la H-1B y necesita encontrar otra manera de quedarse aquí. Para muchos estudiantes, volver a la escuela y obtener otra visa de estudiante es una opción. D’Monte ha sido aceptada en un programa de doctorado y planea volver a la escuela este año, pero ese plan es solo temporal.

“Estoy considerando el peor de los casos, es decir, tendré que volver y no podré quedarme aquí”, mencionó. “Creo que incluso con un doctorado, mis posibilidades de conseguir un empleo que patrocine mi H-1B serían escasas”.

Las cosas están mejorando. Después de un largo periodo de silencio, a D’Monte finalmente le ofrecieron un contrato de trabajo para Levi’s en Dallas como coordinadora de gestión de contenidos. Actualmente trabaja bajo la OPT.

“En mi trabajo anterior estuve literalmente en la banca durante bastante tiempo. Era un par de semanas de trabajo y luego un par de semanas en la banca sin cobrar”, recordó. “Así que recuerdo que cuando recibí esta llamada, lo primero que hice fue llamar a mi madre a casa … literalmente lloré de alegría”.

Aunque las personas de países extranjeros pueden solicitar otros tipos de visas basadas en el empleo, no son tan comunes como la H-1B porque los requisitos son mucho más específicos. Por ejemplo, la visa TN es específica para los ciudadanos canadienses y mexicanos, y la visa O es para personas con “capacidad extraordinaria”.

El embudo que se estrecha

El vocero de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por su sigla en inglés), Matthew Bourke, indicó en una declaración que la agencia no tiene datos disponibles sobre el número total de estudiantes F-1 que solicitaron una H-1B. Pero solo unos 30 mil a 40 mil estudiantes F-1 fueron aprobados para la visa H-1B cada año entre 2012 y 2017, según el USCIS.

Hay una razón por la que el número de estudiantes F-1 que cambiaron su estatus a H-1B es relativamente pequeño en comparación con los casi un cuarto de millón de estudiantes que se quedan en la OPT, señaló Jeanne Batalova, analista principal del Instituto de Políticas Migratorias.

Eso se debe a que hay un límite en el número de nuevas visas H-1B que pueden ser emitidas cada año, y ese número no ha crecido en más de una década.

Desde 2005, el límite anual para el número de visas H-1B disponibles es de 65 mil, con un adicional de 20 mil para aquellos con un grado de maestría o superior. Cada abril, cuando se abre el periodo de solicitud anual, si el número de peticiones excede el límite, los que solicitan entran en un sorteo para los codiciados puestos.

“Cada vez más gente viene a Estados Unidos para estudiar”, dijo Batalova. “Si se observa el número de estudiantes internacionales, ha ido aumentando de manera bastante constante. Y, sin embargo, todavía tenemos el tope de 65 mil”.

Desde 2014, el número de peticiones siempre ha superado el límite y ha requerido un sorteo. En 2017, hubo más de 236 mil peticiones en los primeros cinco días hábiles de abril, y en 2018 ese número bajó ligeramente a 199 mil, según el Pew Research Center.

Los estudiantes extranjeros que estudiaron en Estados Unidos con una visa F-1 no reciben ninguna consideración especial para los puestos H-1B. Cuando solicite la H-1B para el próximo año fiscal, la petición de Jalan será una de las muchas en el altamente competitivo sorteo.

A principios de 2019, el USCIS hizo un cambio en el proceso de la H-1B que tenía como objetivo dar a los empleadores de EU que buscaban trabajadores extranjeros con una maestría o un grado más alto, una mayor oportunidad en el sorteo. Se esperaba que el cambio aumentara el número de poseedores de títulos avanzados en un 16 por ciento al revertir el orden en que las peticiones H-1B eran seleccionadas en el sorteo, expuso el USCIS.

Pero algunos críticos han dicho que el cambio crea un problema matemático que resultará en menos visas seleccionadas en general, y afirman que perjudica a los trabajadores altamente calificados que solo cuentan con títulos de licenciatura.

Los críticos también están preocupados porque la orden ejecutiva del Presidente Donald J. Trump Buy American and Hire American firmada en 2017, ha resultado en un escrutinio más estricto del proceso de la visa H-1B. Se están negando más solicitudes y ha habido un aumento en las peticiones de pruebas, lo que retrasa las cosas.

Pero el reto de retener a los graduados extranjeros altamente calificados precede a Trump. Los expertos señalan que el sistema H-1B no está diseñado para ofrecer un camino fácil a los estudiantes internacionales.

“Antes de que el presidente llegara al cargo, teníamos un sistema de inmigración muy quebrantado”, puntualizó Robbins, “particularmente en lo que se refiere a mantener a los estudiantes aquí”.

Un largo camino de reformas

Incluso después de que alguien obtiene una H-1B, el camino hacia la residencia permanente puede ser realmente largo para algunos. La disponibilidad de las tarjetas verdes que permiten la residencia permanente se limita con base a las cuotas por país. Esto hace que el tiempo de espera para una tarjeta verde sea más extenso para los solicitantes de países que tienen un alto número de solicitantes (como India, China, Filipinas y México).

Un estudio del Instituto Cato encontró que el tiempo de espera para una tarjeta verde para un ciudadano indio es de 151 años, al ritmo actual de emisión de visados.

Laura Collins, directora de la Iniciativa de Crecimiento Económico del Instituto Bush-SMU, señaló que las personas que buscan una tarjeta de residencia están “tratando de hacer las cosas de la manera correcta. Están tratando de usar el sistema y la manera en que fue pensado, y se les está poniendo en estas interminables esperas”.

“Así que, en efecto, se tiene un sistema que crea ilegalidad, tanto si se tiene la intención de hacerlo como si no”, añadió.

Para aumentar las posibilidades de que los estudiantes internacionales obtengan la H-1B, se necesitan cambios más sustanciales, apuntó. Esto incluye aumentar o eliminar el tope de la H-1B o facilitar a los estudiantes la obtención de una tarjeta verde.

Los estudiantes internacionales “han tenido tiempo en Estados Unidos para ajustarse a las normas sociales y culturales estadounidenses, y han mejorado sus destrezas en el idioma inglés. Esas son cosas que sabemos que ayudan a los inmigrantes a tener éxito en Estados Unidos”, comentó Collins. “Cuanto más rápido podamos poner a esa gente en ese camino, es más probable que terminemos con alguien que sea un muy buen miembro contribuyente de la sociedad”.

Se necesitan trabajadores extranjeros altamente calificados, entre ellos estudiantes internacionales, para cubrir las necesidades de la fuerza laboral en industrias como la ingeniería, la medicina y la tecnología, para las que no hay suficientes trabajadores nacidos en el país que tengan las habilidades necesarias, informó Collins.

“Si no se deja entrar a los mejores y más brillantes, si no se les permite ganar una oportunidad de trabajar aquí, se les está perdiendo a favor de lugares como Canadá, que francamente está mucho más dispuesto no solo a darles una visa de trabajo, sino a darles la ciudadanía y permitirles que se conviertan en canadienses”, indicó Collins.

D’Monte dice que está considerando mudarse a países como Canadá, Australia o Alemania si no puede quedarse en Estados Unidos a largo plazo.

“Es casi como si empezara de nuevo”, comentó. “Tienes que empezar desde cero con tus relaciones sociales de nuevo, hacer nuevos amigos y a esta edad, estoy cumpliendo 27 años ahora, a esta edad es muy difícil entrar en grupos sociales”.

Dejar Estados Unidos significaría decir adiós a los amigos con los que ha construido relaciones estrechas durante su estancia aquí.

“Se han convertido literalmente en una familia fuera de casa”, comparó. “Siempre es difícil dejar atrás a las personas con las que uno se ha acercado tanto. Cuando uno está lejos de casa, se convierten en una especie de familia, compartes tus penas y tus alegrías con ellos”.

Jalan hace eco del mismo sentimiento. Aunque Jalan dijo que nunca ha pensado mucho en volver a India, está abierto a explorar otros lugares como Europa. Y aunque tenga que dejar Estados Unidos, dijo que sus experiencias aún valen la pena.

“Estudiar en el extranjero es a menudo muy difícil, especialmente para los chicos de origen asiático, porque es una cultura muy contrastante”, concluyó. “Una vez que pasas esa barrera, es realmente fácil para ti caminar a cualquier lugar del planeta”.

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