Fabricantes de chocolate piden leyes en EU y la UE tras fallas en impedir el trabajo infantil durante dos décadas

Tribune Content Agency

Hace casi dos décadas, las mayores empresas chocolateras del mundo se comprometieron a limpiar sus cadenas de suministro mundiales del cacao cosechado por niños que blandían machetes en las granjas de África Occidental. La autorregulación voluntaria hizo descarrilar la legislación, que entonces avanzaba rápidamente en el Congreso, que podía haber hecho que las barras de Hershey’s o Snickers fueran etiquetadas como productos de la mano de obra infantil.

Pero los datos de Estados Unidos más recientes muestran que dos millones de niños aún trabajan en las granjas de cacao.

Y ahora tres de las mayores empresas productoras de chocolates afirman que están abiertas a las regulaciones europeas para ayudar a proteger a los niños trabajadores y a las exuberantes selvas tropicales de África Occidental de los estragos del cultivo del cacao.

El fabricante de MandM, Mars Wrigley, y el fabricante de Oreo, Mondelez International, firmaron la carta en diciembre solicitando regulaciones, junto con el procesador de cacao Barry Callebaut y grupos de vigilancia del cacao. Las regulaciones requerirían legalmente que los importadores de cacao en la Unión Europea (el mercado de cacao más grande del mundo) hicieran un mapa de las cadenas de suministro y revelaran las violaciones de los derechos humanos como el trabajo forzado y el trabajo infantil. Las correcciones a estas violaciones también formarían parte de los reportes, que ahora son voluntarios.

La empresa Hershey Co. con sede en Pensilvania y controlada por la organización benéfica de cuidado infantil Milton S. Hershey School, dijo que apoya los “esfuerzos de diligencia debida” y “la regulación adicional propuesta por la coalición europea”, pero que no se ha unido oficialmente. Un vocero de Hershey comentó el viernes que la compañía “apoyaría las propuestas en Estados Unidos que se alinean con las propuestas” europeas.

Pero grupos activistas señalan que Hershey es todavía una incógnita en cuanto a si apoyaría firmemente las regulaciones estadounidenses en Washington.

Las compañías chocolateras de Estados Unidos y Europa se abastecen de cacao en la misma zona de África Occidental.

“La opinión optimista es que el trabajo infantil está al mismo nivel que hace 20 años”, detalló Antonie C. Fountain, director gerente de Red VOICE, con sede en Holanda, una asociación de grupos activistas involucrada en el cultivo sostenible del cacao.

Fountain indicó que el acuerdo con las tres compañías y grupos que inspeccionan las granjas de cacao en busca de violaciones es “importante. Las empresas generalmente tratarán de desregular en lugar de pedir regulaciones. Las empresas están empezando a darse cuenta de que todas estas promesas voluntarias no son suficientes”.

Todd Larsen, un alto funcionario del grupo activista Green America, dijo que la deforestación en África Occidental se ha acelerado en la última década debido al cultivo de cacao y que no ha habido ningún avance contra el trabajo infantil.

Un informe del Departamento de Trabajo de Estados Unidos en 2015 estimó que dos millones de niños seguían trabajando en trabajos peligrosos en las regiones de cultivo de cacao en África Occidental. Un nuevo informe podría ser publicado en unos pocos meses.

Una investigación realizada en 2019 por el Washington Post encontró que Utz, un grupo independiente que inspecciona las granjas de cacao como parte de los protocolos de autorregulación, contaba con un historial irregular y que las granjas de cacao de Costa de Marfil inspeccionadas por Utz tenían más probabilidades, no menos, de emplear mano de obra infantil.

Miles de granjas en Costa de Marfil, también certificadas por Utz, estaban ubicadas en bosques protegidos a nivel nacional, informó el Post.

“Lo que están haciendo no es suficiente,” criticó Sarah Zoen, asesora principal de políticas del grupo antipobreza Oxfam America, acerca de la industria del chocolate. “Cada nuevo informe de progreso es desalentador. Algo más debe suceder y la legislación debe elevar las barreras para todos”.

Los expertos coinciden en que la pobreza entre los cultivadores de cacao, que en su mayoría es el resultado de los bajos precios de su cosecha y que conduce al uso de mano de obra infantil o forzada, es una de las causas fundamentales de los problemas de derechos humanos y ecológicos.

Costa de Marfil y Ghana, que producen alrededor del 60 por ciento del cacao del mundo, se han unido para crear un grupo parecido a un cártel para impulsar los precios del cacao, informó el lunes el Wall Street Journal. Los observadores lo han apodado informalmente “COPEC” por su similitud con el consorcio de países productores de petróleo de la OPEP, y señalan que esto probable aumentará los precios para los consumidores.

Larsen, de Green America, agregó que los activistas creen que la COPEC es una buena idea. “Uno desea que el precio (del cacao) suba para todas las empresas” y alivie la presión para que los agricultores recurran a la mano de obra gratuita o infantil, señaló.

Hershey y otras grandes empresas chocolateras se comprometieron en 2001 a autorregularse para eliminar el cacao relacionado con el trabajo infantil de sus barras de chocolate tras los reportes de medios de comunicación europeos y estadounidenses, entre ellos una serie de investigaciones publicada en The Inquirer y otros periódicos.

En ese momento, los principales funcionarios de Hershey dijeron que estaban “sorprendidos” por las noticias sobre el trabajo infantil en las granjas de cacao. “Nadie, repito, nadie, había oído hablar de esto”, declaró Robert Reese, vicepresidente senior de la compañía, a The Inquirer en 2001. “Su instinto es que Hershey debió haberlo sabido. Pero el hecho es que no sabíamos”.

Pero la regulación voluntaria de la industria no cumplió con casi ningún plazo para ponerse más estrictos en cuanto al trabajo infantil.

El vocero de Hershey, Jeff Beckman, declaró el viernes que “los esfuerzos voluntarios de las compañías chocolateras y los importadores de cacao que han abierto el camino a través de programas de sostenibilidad a nivel de las granjas, de certificación del cacao y programas de remediación representan alrededor del 40 por ciento del cacao utilizado en el mundo. Se ha hecho evidente que para efectuar un cambio generalizado en todo el sector, se necesitan nuevas políticas y regulaciones que hagan responsables a todos los compradores de cacao de sus cadenas de suministro”.

Beckman añadió que Hershey “tiene tolerancia cero para el trabajo infantil, y estamos trabajando con los proveedores y los gobiernos para erradicarlo. Esto incluye adoptar medidas para prevenir, identificar y remediar cualquier caso de trabajo infantil que se encuentre en nuestra cadena de suministro de cacao”.

La escuela de beneficencia Milton Hershey School, de dos mil 100 alumnos, la escuela privada más rica de la nación que solo atiende a niños pobres (la mayoría de Pensilvania), controla el 83.5 por ciento de los votos de los accionistas del gigante de los dulces. Los dividendos de Hershey representan gran parte de los fondos de la escuela destinados a las aulas y el internado.

A través de la compleja estructura financiera de la organización benéfica, la compañía de dulces Hershey se beneficia del cacao de bajo costo cultivado por niños en África Occidental. Las ganancias de Hershey, en parte impulsadas por el cacao de bajo costo, se canalizan luego a la escuela de Estados Unidos en forma de dividendos de acciones.

“He hablado con Hershey”, dijo Zoen sobre sus esfuerzos en materia de trabajo infantil en África Occidental. “Creo que hay grandes activistas en la empresa. Tienen lo necesario para avanzar, pero no he visto que ya estén haciendio algo”. Añadió que con Hershey, “todavía estamos a la expectativa”.

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