Menos del 5% de las mujeres embarazadas tienen buena salud cardiaca, según estudio. Expertos afirman que los médicos necesitan hacer más en respuesta

Tribune Content Agency

CHICAGO — Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte durante el embarazo y el posparto, y expertos en salud de Estados Unidos están trabajando para entender mejor por qué mueren tantas madres.

Pero muchas mujeres podrían no ser conscientes de sus riesgos cardiacos durante el embarazo, y la importancia de tomar medidas para mejorar la salud del corazón es cada vez más clara a la luz de un nuevo estudio.

El lunes, los investigadores de Northwestern Medicine publicaron lo que, según ellos, es el primer estudio que examina la salud cardiovascular de las mujeres embarazadas en Estados Unidos.

Utilizando 15 años de datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), el artículo publicado en el Journal of the American Heart Association analizó los registros de mil 117 mujeres embarazadas y ocho mil 200 no embarazadas, evaluando factores clave como la dieta, el ejercicio y la presión arterial.

Entre las mujeres embarazadas, el estudio encontró que el 4.6 por ciento tenía una salud cardiovascular alta, el 61 por ciento una salud cardiovascular moderada y el 35 por ciento una salud cardiovascular baja. Las mujeres más jóvenes y las afroamericanas eran las más afectadas.

Estas cifras significan que los médicos deben hacer más para evaluar la salud cardiaca de las pacientes embarazadas, comentó James Martin, presidente del Grupo de Trabajo sobre Embarazo y Enfermedades Cardíacas del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists).

“Debemos pensar en la enfermedad cardiaca como una posibilidad en cada paciente embarazada o de posparto que vemos, para detectar y tratar a las madres en riesgo”, afirmó Martin en una declaración.

Las mujeres afroamericanas están particularmente en riesgo durante el embarazo; en Illinois, tenían seis veces más probabilidades de morir por afecciones relacionadas con el embarazo, según una revisión de casos realizada en 2018. El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, aunque recomendó en 2019 que todas las mujeres fueran evaluadas para detectar enfermedades cardiacas durante el embarazo, señaló que el riesgo de las mujeres afroamericanas de morir por una enfermedad cardiovascular era 3.4 veces mayor que el de las mujeres blancas, una disparidad que atribuyó en parte a los prejuicios raciales y al racismo en el sistema de atención de la salud.

Durante el embarazo, el corazón trabaja más y bombea más sangre, lo que puede revelar problemas cardiacos subyacentes o provocar padecimientos como un ataque cardiaco, dolor en el pecho o una apoplejía. Algunas pacientes ya saben que tienen problemas como la una enfermedad cardiaca congénita, pero muchas otras desarrollan problemas durante el embarazo.

“A veces, las mujeres no saben que tienen una enfermedad cardiaca y, debido a estos cambios en el embarazo, resulta, empiezan a tener problemas”, comentó Marla Mendelson, directora médica del Programa de Embarazos y Enfermedades Cardiacas de Northwestern Medicine en el Instituto Cardiovascular Bluhm, que incluye especialistas en medicina materno-fetal, anestesia y obstetricia.

No solo es un momento importante para la salud del bebé, sino también para la salud de la madre después del nacimiento, aseveró Amanda Marma Perak, cardióloga preventiva del Hospital Infantil Lurie.

“Muchas mujeres no lo saben, y demasiadas descuidan su salud cardiaca”, dijo Perak.

En Illinois, el 22 por ciento de las 140 muertes maternas estudiadas entre 2002 y 2011 estuvieron relacionadas con enfermedades cardiovasculares, según un artículo publicado en 2019 en la revista de la Asociación Estadounidense de Cardiología: “Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes”. La revisión de la mortalidad materna del estado en 2018 incluyó varios ejemplos de mujeres con afecciones cardiacas.

Pese a estos riesgos, los problemas cardiacos entre las mujeres todavía no se comprenden del todo. En parte, esto se debe a la falta de investigación; puede ser difícil estudiar el embarazo, que incluye muchos cambios en el cuerpo. Pero, dijo Perak, no es imposible.

“Obviamente es un momento muy importante”, señaló Perak. “Creo que estamos mejorando en nuestro conocimiento de ello, pero todavía tenemos un largo camino por recorrer”.

Los cardiólogos apenas ahora están comenzando a darse cuenta de su papel en la evaluación de la salud cardiaca durante el embarazo, dijo Nandita Scott, cardióloga y codirectora del Programa de Salud Cardiaca Femenina de Corrigan en el Hospital General de Massachusetts.

Los cardiólogos no reciben una amplia formación en relación con el embarazo (Scott confesó que no recibió mucha) y solo recientemente ha surgido el campo de la cardio-obstetricia.

La Asociación Americana de Cardiología recomienda crear más equipos de cardio-obstetricia, que podrían incluir a expertos en cardiología, obstetricia, medicina materno-fetal, anestesia y enfermería. En 2018, la Asociación Estadounidense de Cardiología y el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos publicaron un comunicado conjunto en el que se subrayaba la necesidad de que los proveedores médicos se unieran para identificar mejor los riesgos cardiacos.

En Kansas City, el Saint Luke’s Hospital está iniciando un Registro de Resultados Cardiacos en Expectativas de Embarazo, o HOPE, que recolectará y estudiará datos para comprender mejor las enfermedades cardiacas maternas.

Hay varios factores que influyen en la salud cardiaca de las mujeres embarazadas. Las pacientes con diabetes o presión arterial alta pueden correr un mayor riesgo; otros factores son el sobrepeso, el embarazo en etapas posteriores de la vida o el embarazo de gestación múltiple.

El riesgo no termina después del parto. Las mujeres pueden ser vulnerables durante semanas, e incluso meses, después de dar a luz. Las pacientes con hipertensión durante el embarazo, por ejemplo, deben seguir controlando su presión arterial, señaló Mendelson.

Las seis semanas posteriores al parto son un periodo de alto riesgo de complicaciones, pero muchas mujeres no consultan a su médico durante ese tiempo. El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos recomienda visitas de seguimiento más tempranas, y los expertos en salud también afirman que las visitas a domicilio de una enfermera después del parto pueden facilitar la detección y evaluación de problemas tanto para la madre como para el bebé. En el caso de pacientes con trastornos hipertensivos o enfermedades cardiacas, se recomienda un seguimiento con un proveedor dentro de un plazo de 14 días.

“También hay que tener en cuenta que hay que abogar por una misma”, agregó Scott sobre las madres, y señaló que incluso la estrella del tenis Serena Williams confesó que tuvo que alertar a los médicos cuando sintió algo raro, lo que finalmente reveló coágulos de sangre en sus pulmones después de que naciera su hija en 2017.

Las mujeres pueden reducir su riesgo de problemas cardiacos si inician el embarazo, cuando sea posible, en su mejor forma física. Planifica una dieta saludable para el corazón: mucha fruta y verdura, proteínas magras como pescado y productos lácteos bajos en grasa. Limitar los alimentos procesados como los refrescos y los refrigerios envasados, que tienen mucha azúcar y sal. Hablar con su médico sobre el ejercicio, que suele ser seguro y beneficioso. Incluso una caminata rápida de 20 o 30 minutos puede aumentar su ritmo cardiaco.

Y conocer los síntomas de los problemas cardiacos.

“Las cosas a las que realmente prestamos atención son: la dificultad para respirar cuando se está acostado; cualquier tipo de dolor en el pecho debe ser evaluado; el ritmo cardiaco rápido”, concluyó Mendelson. “Estos son signos de que puede haber un problema”.

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