¿Los trabajadores del cuidado de la salud en el hogar se han convertido en una amenaza de seguridad?

Tribune Content Agency

Como enfermera de un hospicio en Seattle, Diane Speer dijo que dar abrazos a los pacientes y familiares era una parte rutinaria de las visitas a domicilio.

Pero en medio de la pandemia del coronavirus, ahora le dice a los familiares que mantengan su distancia.

“No se tocan las manos ni se dan apretones de manos”, dijo Speer, quien trabaja en Providence St. Joseph Health, con sede en Renton, Washington. Es “hora de los abrazos virtuales”.

Miles de trabajadores de la salud como Speer van a los hogares de todo el país para prestar servicios vitales a las personas mayores y a los discapacitados. Pero con la creciente preocupación por el coronavirus y el peligro particular que representa para los adultos mayores, esos trabajadores pudieran estar poniendo en peligro a sus pacientes y a ellos mismos.

“Se sabe que estos son trabajadores de la salud tienen habilidades que pueden beneficiarlos, pero ahora el temor son los mismos trabajadores de la salud: ¿Quién es la última persona que vieron, dónde han estado últimamente y están trayendo algo a mi casa?”, cuestionó el doctor Thomas Schaaf, jefe médico de la división de Cuidados Comunitarios y en el Hogar y de Providence St. Joseph.

Las enfermeras de hospicio y de salud en el hogar, los asistentes de atención domiciliaria y las enfermeras temporales están intensificando las medidas de protección. Estas incluyen llamar a los pacientes a sus casas antes de visitarlos para ver si ellos o alguien en el hogar tiene fiebre u otros síntomas de COVID-19, la enfermedad causada por el virus. También se están lavando las manos delante de los pacientes y usando cubrebocas y otros equipos de protección para reducir los riesgos de infecciones y hacer que los pacientes se sientan más cómodos con sus precauciones.

Aun así, los proveedores de atención médica domiciliaria argumentan que están viendo que algunos pacientes los rechazan por temor a contraer el virus.

“Ha sido todo un reto, hemos tenido pacientes que han sido dados de alta del hospital y han sido referidos a la atención de salud en el hogar y que se han negado a que nuestros cuidadores acudan a sus casas”, apuntó Schaaf.

Las enfermeras de Providence visitan a los pacientes en sus casas, en los hogares de ancianos y en las instalaciones de vivienda asistida. Las visitas son a menudo críticas para el cuidado de las heridas, para asegurarse de que los pacientes están tomando sus medicamentos y para evaluar si la vivienda de un paciente es segura para minimizar las caídas y otros peligros.

Dijo que su amplio sistema de salud ha estado tratando de cambiar las visitas de atención, como las que realizan los trabajadores sociales o los capellanes, por conferencias telefónicas o de video.

“Estamos tratando de equilibrar las necesidades clínicas del paciente con la necesidad de limitar el contacto tanto como sea posible”, dijo Schaaf.

Marie Grosh, una enfermera practicante de Cleveland que visita a los pacientes ancianos en sus casas, dijo que ha cambiado su horario para ver a los pacientes con enfermedades transmisibles al final de su turno para reducir los riesgos de infección para los demás. También ha dejado de visitar a los pacientes que solo necesitan un chequeo y no sufren de problemas agudos inmediatos.

Cuando visita a los pacientes, ya no se sienta o deja en un lado su bolsa de suministros médicos para reducir el riesgo de entrar en contacto con gérmenes o propagar infecciones.

“Voy de casa en casa. Si me enfermo, puedo superarlo, pero no puedo arriesgarme a llevar nada de una casa a otra”, comentó Grosh.

“Todos estamos intentando e improvisando sobre la marcha”, comentó sobre tratar de encontrar la mejor manera de seguir viendo a los pacientes mientras se reduce el riesgo de infecciones.

Para calmar la ansiedad de los pacientes, reveló Schaaf, las enfermeras se lavan las manos en la casa en lugar de usar desinfectante de manos en el coche. También están llamando a los pacientes con anticipación para ver si tienen algún posible síntoma de COVID-19, como fiebre, y, si es así, usan cubrebocas y guantes.

La doctora Amy Moss, vicepresidenta sénior de Amedisys, una gran cadena de salud en el hogar, hospicios y cuidado personal con sede en Baton Rouge, Louisiana, puntualizó que es imperativo que los empleados utilicen protocolos estándar de control de infecciones, como el lavado de manos, para proteger al personal y a los pacientes.

“Los trabajadores de la salud se preparan para este escenario desde el primer día de sus carreras”, aseveró.

Los métodos de pago varían para los asistentes de salud. La mayoría de las aseguradoras cubren la salud en el hogar y el hospicio, aunque los pacientes pueden tener un copago. Si no se hace la visita, el proveedor no puede facturar el servicio.

A medida que los hospitales se preparan para un aumento de pacientes, las empresas de personal que emplean enfermeras temporales dicen que están viendo un aumento en la demanda. Pero el hecho de que las enfermeras roten en varios centros de salud pudiera aumentar el riesgo de infección, explicó Saskia Popescu, especialista en prevención de infecciones de HonorHealth, un gran sistema de salud de Phoenix.

“Cuanta más gente esté expuesta en el hospital, mayor será el riesgo”, agregó.

Pero añadió que el riesgo se mitiga cuando el personal del hospital se asegura de que los trabajadores temporales sigan las normas de control de infecciones del hospital. “Cuando se utiliza personal contratado, se depende de que ese miembro del personal tenga la educación y la capacitación adecuadas”, indicó.

El problema para los servicios que proporcionan enfermeras en los hogares de los pacientes o en las instalaciones que utilizan enfermeras temporales es que estos trabajadores pueden no tener la misma formación en el control de infecciones que las enfermeras de las zonas de mayor riesgo, como las salas de emergencia de los hospitales, señaló.

“No creo que les prestemos tanta atención cuando se trata del control de infecciones”, concluyó Popescu. “Y puede que no sepan dónde están los riesgos”.

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