WASHINGTON — Geoffrey Gibson, dueño de Capital Vape Supply, vio cómo su próspero negocio abierto hace siete años decaía el verano pasado cuando las muertes relacionadas con el vapeo comenzaron a acaparar titulares.
Se recuperó después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) anunciaran en diciembre que la enfermedad pulmonar que ha matado al menos a 60 personas y causado lesiones a más de dos mil 600 era causada principalmente por cartuchos que contenían THC (el ingrediente psicoactivo de la marihuana), no nicotina.
Ahora, Gibson y docenas de otros propietarios de tiendas de dispositivos para vapear en Washington, D.C., se enfrentan a otra posible amenaza: un proyecto de ley municipal que prohibiría todos los líquidos para vaporizadores de sabores. Esfuerzos similares están surgiendo en todo el país a medida que los funcionarios locales y estatales tratan de reducir el desenfrenado vapeo entre los adolescentes.
El número de adolescentes que lo practican ha aumentado en más del doble desde 2017. Se estima que el 28 por ciento de los estudiantes de preparatoria y el 11 por ciento de los de secundaria son usuarios actuales de dispositivos de vapeo, según una reciente encuesta nacional realizada por los CDC y la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés).
Otras tácticas estatales incluyen la imposición de elevados impuestos a los productos de vapeo, la restricción de la zonificación de sus tiendas, la exigencia de etiquetas de advertencia y la limitación de otras maneras de la venta y comercialización de los líquidos para vapeo a base de nicotina.
El Distrito de Columbia y otros 19 estados habían elevado la edad permitida para fumar a los 21 años tanto para los cigarrillos como para el vapeo cuando, a finales de diciembre, la administración de Trump elevó la edad nacional para fumar a los 21 años, con efecto inmediato.
Los principales grupos médicos, el Director General de Salud Pública de EU y los grupos de cabildeo antitabaco están pidiendo una expansión de las prohibiciones a los saborizantes y otras restricciones estatales y locales destinadas a mantener los dispositivos fuera de las manos de los menores.
“Esta es una industria que gasta nueve mil millones de dólares al año en marketing, y mucho de eso está diseñado para que los menores se vuelvan adictos”, advirtió John Schachter, director de políticas estatales de la Campaña a Favor de Niños Libres de Tabaco. “Los niños no están tomando una decisión. Son el blanco de una industria nefasta”.
Pero los defensores de los vapeadores, la industria del vapeo y algunos investigadores de salud pública sugieren que las regulaciones emergentes podrían destruir una industria naciente que está demostrando ser la mayor ayuda para dejar de fumar en décadas.
Argumentan que la excesiva regulación de los productos de vapeo podría obligar a los más de tres millones de adultos que los usan como alternativa al fumar a buscar productos peligrosos y no regulados en el mercado negro o volver a fumar cigarrillos, que matan a más de 480 mil estadounidenses cada año. También advierten que lo mismo podría suceder con los niños a los que están tratando de proteger.
Debido a que el consumo de tabaco entre los adolescentes disminuyó más rápidamente en los últimos cinco años que en las tres décadas anteriores, algunos investigadores especulan que el vapeo de nicotina entre los jóvenes, que comenzó a cobrar impulso hace unos cinco años, podría haber suplantado a lo que hubiera sido más perjudicial para los adolescentes.
A principios de este mes, los CDC retiraron una advertencia en su sitio web que habían publicado el año pasado cuando la enfermedad pulmonar estaba arrasando la nación.
Ahora, en lugar de instar a todos a que dejen de vapear inmediatamente, la agencia está adoptando un enfoque más mesurado. El sitio web de los CDC actualmente recomienda que los productos de vapeo no deben ser usados por adolescentes, adultos jóvenes, mujeres embarazadas o adultos que actualmente no usan productos de tabaco. Y advierte a los adultos que usan productos de nicotina como alternativa a los cigarrillos que no vuelvan a fumar.
En noviembre, Massachusetts se convirtió en el primer estado en promulgar una prohibición permanente de los saborizantes en todos los productos de tabaco, incluidos los cigarrillos mentolados. La legislatura de Nueva Jersey aprobó una prohibición similar este mes, pero no incluyó los cigarrillos.
Legisladores de 16 estados (Florida, Georgia, Hawái, Nebraska, Nuevo Hampshire, Nueva Jersey, Nuevo México, Nueva York, Rhode Island, Carolina del Sur, Dakota del Sur, Tennessee, Utah, Vermont, Virginia y Virginia Occidental) y Washington, D.C., están considerando la posibilidad de promulgar una legislación sobre el vapeo de saborizantes.
Además, la Ciudad de Nueva York, Filadelfia, San Francisco, el Condado de Los Ángeles y más de 250 gobiernos locales adicionales prohibieron el año pasado la venta de productos de vapeo de sabores.
A nivel federal, la administración de Trump anunció este mes que la FDA prohibirá todos los saborizantes excepto el tabaco y el mentol en los llamados productos de sistema cerrado o de cartuchos como los que fabrican Juul y NJOY, a partir de febrero. Esos son los productos de alta tecnología y fáciles de ocultar que prefieren los adolescentes, según las encuestas nacionales, y que se venden por internet y en la mayoría de las gasolineras y tiendas de conveniencia.
Los productos a base de cartuchos en general contienen un porcentaje mucho más alto de nicotina que los vaporizadores de sistema abierto o de tanque recargable que se venden en tiendas como Capital Vape Supply.
Los tanques rellenables son los dispositivos más anchos y de baja tecnología que crean una enorme nube de vapor, y son utilizados principalmente por adultos con presupuesto limitado que consideran que el vapear es una alternativa más segura a fumar o que quieren vapear líquidos de nicotina en lugares donde no pueden fumar cigarrillos.
La administración comentó que estaba logrando un equilibrio entre la preservación de los cigarrillos electrónicos de sabores para los adultos que buscan dejar de fumar, mientras que se centraba en los productos más utilizados por los adolescentes.
Aún así, las pequeñas tiendas de vaporizadores y los clientes que los usan para mantenerse alejados de los cigarrillos no están todavía fuera de peligro, dijo Gregory Conley, presidente de la American Vaping Association, con sede en Stamford, Connecticut, que representa a los vapeadores.
Un tribunal federal ordenó (en una demanda presentada contra la FDA por la Academia Estadounidense de Pediatría) a los fabricantes de dispositivos de vapeo que presentaran solicitudes a la FDA para demostrar que los líquidos y sus productos son seguros y ayudan a la gente a dejar de fumar.
Se espera que Juul, que domina el mercado del vapeo de sistema cerrado y ya ha dejado de fabricar la mayoría de los productos de sabores, y un puñado de otros grandes fabricantes de productos a base de cartuchos presenten solicitudes solicitando la llamada aprobación previa a la comercialización de sus productos antes del 12 de mayo.
Por primera vez, las compañías del vapeo tendrán que proporcionar pruebas científicas para sustentar lo que han afirmado todo el tiempo: que sus productos son seguros y eficaces para ayudar a los adultos a dejar los cigarrillos de combustión.
Pero para los cientos de pequeños fabricantes cuyos productos se encuentran en las estanterías de Capital Vape Supply y otras tiendas de tabaco y vapeo en todo el país, no es financieramente viable presentar costosas solicitudes para las docenas de productos de sabores que fabrican, dijo Conley.
En el Distrito de Columbia, un proyecto de ley ante el Concejo Municipal prohibiría las tiendas de venta de productos de vapeo a menos de un cuarto de milla de una escuela secundaria. Otro proyecto de ley requeriría que los adultos tengan una receta para los productos de vapeo, después de que la FDA apruebe los dispositivos para dejar de fumar.
Además, los activistas antitabaco están pidiendo un aumento de impuestos para los productos de vapeo, al igual que para los cigarrillos. En noviembre, Massachusetts subió el impuesto sobre la venta al por menor de productos de vapeo al 75 por ciento.
El impuesto de Minnesota es del 95 por ciento y el del Distrito de Columbia del 96 por ciento. Vermont añadió el año pasado un impuesto del 92 por ciento sobre los productos de vapeo al por mayor.
Marcus Plescia, director médico de la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales, comentó que su organización recomienda que los estados promulguen un complemento completo de restricciones al vapeo, empezando por prohibiciones de los saborizantes, aumentos de impuestos y la inclusión del vapeo en las restricciones existentes sobre las áreas de no fumar interiores y exteriores.
“Pero no se trata de concientizar sobre el tema o de ejercer presión”, dijo. Casi todos los estados, incluidos los que tienen mayoría republicana, buscan asesoramiento sobre cómo controlar el uso desenfrenado del vapeo entre los adolescentes, destacó. “Los funcionarios estatales están muy interesados y comprometidos con el tema. Están dispuestos a actuar”.
La Asociación con sede en Arlington, Virginia, también aconseja a los estados que consideren la posibilidad de limitar la concentración de nicotina en los productos de vapeo para reducir el riesgo de adicción.
Los cartuchos de vapeo fabricados para Juul contienen aproximadamente un cinco por ciento de nicotina, en comparación con concentraciones mucho más bajas en los sistemas de tanque recargable. Los cigarrillos electrónicos desechables más recientes ofrecen la mayor concentración hasta ahora, aproximadamente el seis por ciento.
Aún así, los cigarrillos tradicionales llevan nicotina al cerebro en su forma más adictiva, según Truth Initiative, un grupo de salud pública sin fines de lucro con sede en Washington D.C. que aboga por el fin del consumo de tabaco.
Algunos investigadores y activistas que consideran que el vapeo de nicotina es un método eficaz para dejar de fumar dicen que la oleada de nuevos impuestos, prohibiciones de sabores, reglamentos de zonificación y otras restricciones podrían hacer más daño que bien.
Vapear nicotina es un medio eficaz para que los casi 40 millones de fumadores del país dejen de fumar y es mucho más seguro que fumar, señaló David Abrams, profesor de ciencias sociales y conductuales de la Universidad de Nueva York y ex director de la Oficina de Investigación de Ciencias Sociales y Conductuales de los Institutos Nacionales de Salud.
En Reino Unido, donde los productos de para cigarrillos electrónicos están altamente regulados por una autoridad sanitaria similar a la FDA, los productos son probados para verificar su seguridad antes de entrar en el mercado y las concentraciones de nicotina se limitan al dos por ciento.
Aunque la mayoría de los expertos en salud pública de Estados Unidos recomiendan que se limiten las concentraciones de nicotina en los cigarrillos electrónicos para disminuir el riesgo de adicción, Abrams no está de acuerdo. Cualquier nivel de nicotina que se necesite para atraer a los fumadores de cigarrillos al vapeo debe ser permitido, aseguró, ya que el vapeo es más seguro que fumar.
En la edición de diciembre de la revista Science, él y otros cuatro investigadores advirtieron a los responsables de la formulación de políticas federales, estatales y locales que se aseguren de que las normas sobre el vapeo que promulguen sean proporcionales al riesgo de vapear en comparación con el de fumar.
Muchas de las restricciones nuevas y propuestas estatales y locales sobre el vapeo fueron desencadenadas por la enfermedad pulmonar que ha afectado a más de dos mil 600 personas en los 50 estados. Pese a que los CDC descubrieron que la enfermedad estaba relacionada con el vapeo de THC, aumentó la conciencia pública de que cualquier tipo de vapeo podría causar daños desconocidos.
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