La pandemia crea riesgo de suicidio. ‘Puede durar años’

Tribune Content Agency

Tras años de un aumento constante de las muertes por suicidio, los activistas de la prevención temen que se produzcan consecuencias para la salud mental a causa de la pandemia del coronavirus durante los próximos años.

Las consecuencias de la pandemia del COVID-19 también son factores de riesgo para el suicidio, según expertos, incluyendo el aislamiento prolongado, una economía en declive con enormes pérdidas de empleos y un aumento en la violencia doméstica.

Esto pudiera conducir a más suicidios en los próximos meses, o incluso años, dijo Jonathan Singer, profesor asociado de trabajo social de la Universidad Loyola en Chicago y presidente de la Asociación Estadounidense de Suicidología, con sede en Washington, D.C.

“Nunca hemos pasado por esto antes, así que en realidad no lo sabemos, pero hay cosas que me preocupan”, dijo, y añadió que los estudios muestran que mucho de lo que el público está experimentando se correlaciona con mayores tasas de mortalidad por suicidio.

Y los estudios también muestran que cuando un padre muere por suicidio, el riesgo de los hijos también aumenta, agregó Singer. “Así que esto podría durar años”.

Estados Unidos ya está experimentando una trágica tendencia en lo que se refiere al suicidio. De 1999 a 2018 (el año más reciente disponible) los índices de suicidio aumentaron en un 35 por ciento, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), convirtiéndose en la décima causa de muerte en el país.

Sin embargo, el apoyo a la salud mental y la financiación de la investigación siguen estando rezagados, enfatizó Singer.

En un artículo publicado a principios de este mes en JAMA, “Suicide Mortality and Coronavirus Disease 2019 – A Perfect Storm?”, los investigadores piden que las intervenciones de prevención del suicidio coincidan con las acciones de salud pública sin precedentes como las órdenes de quedarse en casa para combatir el virus.

Junto con el aislamiento social y los problemas financieros, el documento señala la falta de acceso a los apoyos religiosos y comunitarios y las barreras generales para el tratamiento de la salud mental en un momento en que las visitas físicas están prohibidas y los hospitales tienen restricciones.

A estos factores de riesgo se suman los reportes que indican que los estadounidenses han estado comprando armas y municiones a medida que la pandemia se intensifica, según el documento. (Las armas de fuego son el método más común para suicidarse.) En Illinois, la policía estatal recibió un número récord de solicitudes de verificación de antecedentes para comprar armas de fuego en marzo, la mayoría de ellas durante la segunda mitad del mes, a medida que crecía la preocupación por el virus y se intensificaban las medidas de cuarentena.

Y los profesionales médicos también están en riesgo, según el informe de JAMA. Los médicos ya corren un mayor riesgo de suicidio, y durante la pandemia, se encuentran en situaciones aún más estresantes a medida que tratan a los pacientes y se preocupan por infectarse a sí mismos y a sus familias.

Los esfuerzos de prevención podrían incluir un aumento de la teleterapia, así como el apoyo de la comunidad que se pueda hacer de una manera segura y remota.

Singer argumentó que las sesiones con un consejero por teléfono o por videoconferencia o incluso por medio de mensajes de texto ofrecen el mismo nivel de apoyo que las visitas presenciales. Pero aunque la mayoría de los terapeutas ofrecen sesiones por teléfono o video, persisten las barreras, dijo. No todo el mundo tiene acceso a la tecnología adecuada, y muchas compañías de seguros no cubren las sesiones telefónicas como lo hacen con las visitas físicas, señaló Singer, aun cuando algunas han levantado temporalmente tales restricciones durante la pandemia.

Singer añadió que espera que la pandemia ponga de relieve las barreras a la atención, como los problemas con la telesalud, así como problemas más amplios cuando se trata de priorizar la salud mental.

Reconociendo la posible amenaza mayor que representa la pandemia, la Línea Nacional de Prevención del Suicidio ha rediseñado su campaña #Bethe1To para incluir sugerencias para las personas que quieren ayudar a un ser querido que creen que está en riesgo de suicidio durante la pandemia. Las sugerencias incluyen formas de hablar con alguien sobre el riesgo, incluso si no pueden estar físicamente con su ser querido, y formas de encontrar ayuda y seguimiento, dijo Christian Burgess, director de la Línea de Ayuda para Desastres, una rama de la línea de vida. Ambas están financiadas por el gobierno federal y son supervisadas por la organización Vibrant Emotional Health, con sede en Nueva York.

“Incluso si no estás con tu familia o tus seres queridos físicamente, puedes seguir haciendo estas cosas”, sugirió Burgess.

Aunque la Línea Nacional de Prevención del Suicidio, que incluye una serie de líneas telefónicas de emergencia y líneas de mensajes de texto en todo el país, no ha visto un aumento en las llamadas últimamente, Burgess puntualizó que no es inusual en una situación de desastre que tales consecuencias lleguen más tarde.

“Cuando se comienza a entrar en una recuperación a largo plazo, varias semanas o incluso meses (después de un desastre), es cuando se empieza a ver un aumento del riesgo de suicidio”, enfatizó.

La Línea de Ayuda para Desastres, que ofrece una variedad de apoyos de salud mental a aquellos que sufren debido a un desastre específico, vio un aumento del 338 por ciento en las llamadas el mes pasado en comparación con el mes anterior, informó Burgess, y un aumento del 900 por ciento con respecto a marzo de 2019.

Pero Burgess también señaló que la pandemia del coronavirus es el primer desastre de este tipo desde que se creó la línea de ayuda en 2012. Y sus llamadas cubren más que preocupaciones de suicidio. La línea de ayuda está pensada para ayudar a aquellos que experimentan síntomas de salud mental derivados de desastres naturales o humanos, como huracanes o tiroteos masivos. Típicamente, añadió Burgess, esos son más localizados, afectando a un cierto grupo de personas.

Sin embargo, la pandemia actual tiene un alcance nacional e incluso mundial, resaltó.

En el Departamento de Salud del Condado de DuPage, que administra las líneas de crisis, incluida una asociada con la Línea de Vida Nacional para la Prevención del Suicidio, la Directora Ejecutiva, Karen Ayala, confirmó que las llamadas han aumentado en general, pero las que se han dirigido específicamente a la línea de suicidios se han mantenido iguales.

Pero, anecdóticamente, Ayala ha escuchado que las personas que llaman a ambas líneas están preocupadas por el COVID-19. Y, “si no es el COVID, es el estrés y la preocupación por las finanzas y las consecuencias de la pandemia en la mente de la gente”.

Para ayudarles a continuar con su trabajo, dijo Ayala, los consejeros que responden a las llamadas (considerados trabajadores esenciales) se mudaron de su pequeño espacio y ahora están repartidos en oficinas en un ala no utilizada del edificio.

Una reciente encuesta nacional entre las líneas de crisis y otros apoyos para la prevención del suicidio mostró que la pandemia está teniendo un impacto en la forma en que hacen su trabajo.

El informe, publicado por TBD Solutions LLC, con sede en Michigan, junto con organizaciones de salud mental como la Asociación Estadounidense de Suicidología, fue compilado después de encuestar a más de 350 proveedores de crisis, incluyendo equipos móviles de crisis, programas residenciales y centros de llamadas.

Travis Atkinson, consultor de sistemas de crisis de TBD Solutions, dijo que estos apoyos son esenciales para llegar a aquellos que están en riesgo de suicidio y de otros problemas serios de salud mental antes de que necesiten ser hospitalizados, un objetivo especialmente importante durante una pandemia nacional.

“No quieres una crisis psicológica en las salas de emergencias en este momento”, concluyó.

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