Más de 130 veces en dos años, las personas baleadas en este condado de Florida se negaron al procesamiento de sus agresores. ¿Por qué?

Tribune Content Agency

ORLANDO, Florida — Robert Smith III salía del Club Lit en el centro de Orlando en octubre cuando escuchó a gente discutir al otro lado de la calle.

Escuchó un disparo y sintió un dolor agudo mientras corría. Smith miró hacia abajo para ver que le habían disparado justo por encima de su tobillo izquierdo. Smith perdía y recuperaba la conciencia y perdió mucha sangre, según un informe del incidente.

Dijo que nunca vio a quien disparó así que no supo quién fue. Esa noche, escribió en una declaración de víctima a la policía de Orlando que no quería que el agresor fuera procesado.

No es un acontecimiento extraño. Unas 70 víctimas entre 2018 y 2019 (aproximadamente un tercio de los tiroteos investigados por la Oficina del Alguacil del Condado Orange en ese periodo) firmaron un formulario diciendo que no querían que su agresor fuera procesado. La misma decisión fue tomada por más de 60 víctimas de disparos en los casos que la policía de Orlando investigó durante esos dos años.

Smith, de 19 años, declaró al Orlando Sentinel que decidió no buscar el procesamiento porque no pudo identificar a quien disparó y tiene una falta de confianza y de fe en la policía. Smith fue atendido y dado de alta del hospital la misma noche. Aún sufre de dolor en el tobillo y tiene problemas para caminar.

El Alguacil del Condado de Orange, John Mina, indicó que cree que algunas víctimas se niegan a cooperar con la policía porque están involucradas en actividades criminales, como el tráfico de drogas o pandillas.

“El problema es cuando preguntamos: ‘Bueno, ¿y por qué te dispararon?'”, indicó Mina. “Van a dudar en responder”.

Además de las personas que firman el formulario asegurando que no quieren el procesamiento del caso, Mina dijo que hay más que simplemente no cooperan y afirman que no conocen al tirador, incluso si lo conocen. Dijo que es frustrante porque una víctima que no quiere testificar en el tribunal a menudo significa que un sospechoso no puede ser condenado.

“La oficina del fiscal del estado a menudo dirá que no podemos seguir adelante (con el caso) sin la cooperación de la víctima”, dijo.

Pero Smith agregó que el hecho de que los agentes lo trataran como si hubiera hecho algo malo fue un factor que influyó en su decisión de no cooperar.

“Cuando estaba en la ambulancia me dijeron: ‘Esto es lo que pasa cuando te metes en pandillas y cosas así'”, recordó Smith. “Les dije: ‘No estoy en ninguna pandilla, ni siquiera soy de Orlando'”.

David Kennedy, profesor del John Jay College of Criminal Justice en Nueva York, añadió que las víctimas de disparos que no cooperan con la policía han sido un problema durante mucho tiempo.

“La frase que se escucha comúnmente usar a la policía y a los fiscales es ‘escuché un ruido y comencé a sentir dolor'”, detalló Kennedy. “De lo que hablan es de una víctima diciendo que escuchó el ruido y sintió dolor. Lo que significa que no van a compartir la información sobre quién les disparó”.

Hay varias razones por las que alguien a quien le disparan no quiera cooperar con la policía, explicó Kennedy. Muchos de los tiroteos en todo el país ocurren en comunidades de bajos recursos y afroamericanas, donde los residentes no confían en la aplicación de la ley y a menudo han sido acosados por la policía por cosas como cruzar la calle imprudentemente o entrar en propiedad privada, algo que no se ve en las comunidades blancas, indicó.

También existe la percepción de que hablar con la policía muestra que eres débil, señaló Kennedy.

“Hay un código callejero que dicta que uno no hable con la policía”, añadió Kennedy. “Ocúpate de tus propios asuntos. Arréglatelas solo. (Hablar con la policía) se toma como una señal de que no puedes cuidar de ti mismo”.

El jefe de la policía de Orlando, Orlando Rolon, enfatizó que está tratando de superar esos obstáculos haciendo que sus agentes regresen con las víctimas en los días posteriores a un tiroteo para ofrecerles ayuda. Eso puede ayudar a aliviar la preocupación de la víctima sobre la cooperación con la policía, argumentó.

“Les aseguramos que estamos aquí”, dijo. “Si no quieren encausarlos, resaltamos la importancia de hacerlo”.

Pero a veces no se puede convencer a las víctimas.

“Mi opinión es que a veces las emociones se interponen en el pensamiento racional”, sugirió Rolon. “Algunas personas dicen: ‘Estoy furioso, me voy a encargar de ello yo mismo'”.

Hacer un arresto es primordial para la aplicación de la ley porque un pistolero que sale libre puede atacar de nuevo, advirtió Mina.

“Aunque sean criminales que se disparan entre sí, no queremos que víctimas inocentes queden atrapadas entre el fuego cruzado”, puntualizó.

Eso sucedió fuera de una escuela del Condado Orange en diciembre de 2018, cuando una bala perdida le dio a la maestra Saundra Penson en su pantorrilla derecha mientras supervisaba el recreo en Scholar’s Prep en Ivey Lane.

Penson, de 65 años, nunca vio de dónde vino el disparo y ella no era la víctima prevista. El hombre que era la víctima prevista, Napoleón Bradley, no cooperó con la Oficina del Alguacil, según los registros.

Bradley le comentó a los detectives que iba conduciendo por Ivey Lane cuando un hombre llamado Jarvis Sears le disparó. Los detectives encontraron cinco agujeros de bala en el coche de Bradley, pero ahí es donde su cooperación se detuvo, reportaron los ayudantes del alguacil.

“Bradley dice que no tiene problemas con nadie pero sabe que Sears es quien le disparó”, escribió la detective del alguacil del Condado Orange, Kimberly LaBonte, en un informe de arresto. “No cooperó en proporcionar ninguna información adicional, se negó a identificar positivamente a Jarvis Sears y no quiso que se le procesara”.

Pero los agentes pudieron hacer un arresto gracias a otros testigos, entre ellos un estudiante de ocho años de la escuela, y el oficial Andrew Williams, que había trabajado en la zona durante 20 años y reconoció a Sears.

Sears, de 27 años, fue acusado de agresión con agravantes, disparos a un vehículo y posesión de un arma de fuego por parte de un delincuente convicto. Está previsto que vaya a juicio el mes que viene.

Visit The Orlando Sentinel (Orlando, Fla.) at www.OrlandoSentinel.com