Otro efecto de la pandemia: más atención virtual, más ayuda para salud mental y seguro médico más caro en 2021

Tribune Content Agency

La pandemia, que ha perturbado tanto de nuestras vidas, ha sacudido también a los beneficios de la salud, y a veces para bien.

Más de 150 millones de estadounidenses, incluyendo casi la mitad de la población de Texas, reciben cobertura médica a través de un empleador. Y el mes próximo, muchos trabajadores seleccionarán sus beneficios de salud durante la inscripción abierta.

Es probable que vean un gran aumento en la cobertura de la atención virtual, que se utiliza más comúnmente para las visitas a través de teléfonos inteligentes con médicos y otros proveedores. Si bien la atención virtual ha estado disponible durante años, el enfoque despegó después de que la pandemia obligara a muchos consultorios a cerrar en la primavera.

Los consumidores han aceptado su conveniencia y los planes de salud están respondiendo. La prioridad de salud número uno para los grandes empleadores en 2021 es implementar más soluciones de atención virtual, según una encuesta publicada el mes pasado por el Business Group on Health.

Muchos empleadores también están aumentando el acceso virtual a los servicios de salud mental, en parte debido a los efectos de gran alcance del coronavirus. La pandemia también ejerce más presión sobre las empresas para que contengan los costos de salud, dado que la economía del COVID-19 ha dañado las finanzas de muchas personas.

Se prevé que el gasto en salud crezca más de un cinco por ciento el próximo año, superando de nuevo a la inflación y los salarios, y esa estimación quizá no sea lo suficientemente alta.

“Los empleadores temen un gran aumento en el gasto en atención médica el próximo año debido a que mucha gente ha retrasado sus tratamientos durante la pandemia”, comentó Marianne Fazen, directora ejecutiva del Dallas-Fort Worth Business Group on Health, una coalición de empleadores locales. “Este es realmente el momento de incertidumbre más increíble”.

Dallas-Fort Worth gasta mucho en salud, según datos del Health Care Cost Institute. En 2017, el gasto en salud en D-FW fue un 13 por ciento más alto que el promedio nacional, más del doble de la brecha en Houston, según datos del instituto.

El costo de un reemplazo de rodilla en D-FW fue de poco más de 49 mil dólares en 2017, 12 mil dólares más que el promedio de Estados Unidos, según datos de Guroo.com.

Esos eran patrones de gasto antes del coronavirus, y la tendencia futura se ha vuelto más difícil de proyectar. El gasto en salud disminuyó en los primeros meses de la pandemia porque muchas personas pospusieron cirugías y atención de rutina.

Se espera que gran parte de ese trabajo aplazado se ponga al corriente el año que viene. A los empleadores también les preocupa que los padecimientos crónicos de algunos pacientes hayan empeorado, lo que conduciría a facturas más altas en el futuro.

En medio de esa incertidumbre, tienen la oportunidad de utilizar la respuesta a la pandemia para acelerar los cambios en sus planes de salud. Por ejemplo, hace tiempo que los empleadores alientan a los trabajadores a utilizar redes de proveedores estrechas con un historial de atención de calidad a precios asequibles. Esos esfuerzos recibirán un impulso tras la pandemia.

En los próximos tres años, casi la mitad de los grandes empleadores tiene previsto dirigir a los miembros de sus planes de salud a determinadas organizaciones de atención responsables y redes similares, según la encuesta del Business Group on Health. Más de uno de cada cuatro planea contratar directamente con consultorios de atención primaria, otra técnica para canalizar la actividad hacia proveedores selectos.

Ha sido difícil lograr que las empresas limiten las opciones en torno a la atención de la salud, dijo Fazen, especialmente cuando la economía estaba en auge y había una guerra por el talento. La historia es diferente ahora, con una recesión y un mercado laboral estancado.

“La pandemia ha trastocado las cosas, y eso pudiera ser bueno para la industria de la atención médica y los empleadores que patrocinan los seguros de salud”, explicó Fazen. “Nos da la oportunidad de reagruparnos y repensar lo que estamos haciendo, y tal vez hacer algunos cambios importantes sin tanta objeción”.

Casi uno de cada tres grandes empleadores se centrará en reducir las reclamaciones de alto costo el próximo año, según la encuesta de grandes empleadores. Eso también es una prioridad en Fort Worth, donde el plan de salud para los empleados de la ciudad cubre a unos 11 mil trabajadores y dependientes.

Solo el 3.2 por ciento de los miembros representa el 63 por ciento de los costos del plan de salud, dijo Nathan Gregory, director interino de recursos humanos de la ciudad de Fort Worth. Alrededor del 40 por ciento de los principales reclamantes regresan año tras año.

“Claramente están recibiendo mucha atención médica”, señaló Gregory. “El interrogante es si están recibiendo la atención adecuada”.

El plan está agregando una compañía defensora independiente para ayudar a los miembros a encontrar los proveedores adecuados y vigilar los patrones de gasto. Contrató a otro grupo independiente, Virta Health, para tratar de mejorar los resultados para los pacientes con diabetes.

Si la compañía cumple ciertos objetivos, como ayudar a los pacientes a perder peso y mejorar los recuentos de azúcar en la sangre, el plan de salud puede ahorrar hasta un 40 por ciento en medicamentos para esos miembros, dijo Gregory. Y Fort Worth paga por el servicio solo después de que los pacientes logran los objetivos establecidos.

“Están poniendo sus honorarios al 100 por ciento en riesgo”, dijo. “Si funciona, nos alegrará pagarles los honorarios”.

No es sorprendente que el programa sea virtual, requiriendo una aplicación móvil que ayuda a monitorear los resultados y permite a los pacientes recibir apoyo de asesores expertos.

Fort Worth gasta unos 80 millones de dólares al año en atención médica y ha sido agresivo en cuanto a tratar de controlar los costos mientras mejora la salud de sus miembros. Durante tres años, ha ofrecido atención primaria gratuita en ocho clínicas cercanas, incluyendo tres dedicadas a los empleados de la ciudad de Fort Worth y sus dependientes.

Todos los centros de salud, operados por Texas Health Resources, comenzaron a ofrecer visitas virtuales durante el confinamiento, lo cual se ha convertido en un servicio permanente.

Las visitas a los centros de salud disminuyeron drásticamente en los primeros meses de la pandemia, pero se han recuperado a niveles históricos, un ritmo de alrededor de mil 200 visitas al mes, dijo Gregory. Y el 20 por ciento de las visitas siguen siendo virtuales.

Los centros de salud no requieren copagos o deducibles bajo el plan de salud más popular de la ciudad. Fort Worth ha logrado mantener e incluso reducir los costos de salud en los últimos años, y no es porque los miembros estén usando menos servicios.

“Creemos que es porque nuestra población está cada vez más sana”, indicó Gregory.

– Este texto fue traducido por Kreativa Inc.

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