¿Cuál es la diferencia entre una HSA y una FSA? Es importante para el gasto en salud de fin de año

Tribune Content Agency

Cada diciembre, puede parecer que el único descanso que obtenemos de los anuncios de compras navideñas son los anuncios para comprar nuevos anteojos, para que podamos usar todo nuestro dinero para la salud antes de los impuestos antes del año nuevo y no perderlos.

Pero que no te engañen, esos anuncios se refieren a cuentas de gastos flexibles, o FSA (Flexible Spending Accounts). Si tienes una cuenta de ahorros para la salud, o HSA (Health Savings Account), no hay necesidad de vaciar la cuenta.

Y esa no es la única distinción importante.

Las HSA pueden ser un recurso valioso para las personas con planes de salud con deducibles altos, lo que puede significar gastar miles de dólares de su bolsillo antes de que el plan comience a pagar. Estas cuentas te permiten apartar dinero antes de pagar impuestos que puede ser retirado libre de ellos para pagar los costos del cuidado de la salud. Sin embargo, muchas personas pueden estar dejando dinero sobre la mesa porque no entienden cómo funcionan exactamente estas cuentas sin impuestos y las importantes maneras en que difieren de las cuentas de gastos flexibles, las cuales no están vinculadas a los planes con deducibles altos.

Las diferencias pueden ser difíciles de detectar, algunas cuentas FSA se describen a sí mismas como “cuentas de gastos de salud”, y algunos proveedores de atención médica agrupan erróneamente las HSA y las FSA en sus campañas de marketing de fin de año de “úsalo o piérdelo”.

Le preguntamos a un panel de expertos en beneficios para empleados sobre las HSA:

-Paul Fronstin, director de investigación de salud del Instituto de Investigación de Beneficios para Empleados.

-Chris Van Buren, socio de Embrook Benefits Consulting en Willow Grove, Pa.

-Lauren Stuart, vicepresidenta ejecutiva de Tycor Benefit Administrators en Berwyn, Pa.

-Jennifer Calhoun Mohl, socia de Mercer en Filadelfia.

-Sander Domaszewicz, consultor sénior de Mercer.

-¿Qué es una HSA?

Una cuenta de ahorros para la salud, o HSA, te permite reservar dinero previo a impuestos para usarlo en gastos médicos. El dinero puede ser retirado libre de impuestos para gastos elegibles, tales como medicamentos recetados y visitas al médico. Los individuos pueden contribuir con tres mil 500 dólares al año en 2019 y las familias pueden contribuir con siete mil dólares al año. Los límites de contribución aumentarán a tres mil 550 dólares para un individuo y siete mil 100 dólares para una familia en 2020. Las personas mayores de 55 años pueden contribuir con mil dólares adicionales. No hay límite para el saldo de la cuenta, y los saldos se transfieren de un año a otro.

-¿En qué se diferencia una HSA de una FSA?

Ambas cuentas te permiten reservar dinero libre de impuestos para usarlo en gastos de salud elegibles. Las diferencias clave son que las FSA son establecidas por los empleadores y cualquier dinero aportado por ti o tu empleador debe ser utilizado ese año, aunque algunas cuentas permiten a los usuarios transferir hasta 500 dólares o tener un periodo de gracia para gastar el dinero más allá del año del plan. Las FSA cubren automáticamente a toda la familia del empleado y debes establecer una tarifa de contribución repetitiva para el año. Las HSA tienen más opciones: Puedes cambiar la cantidad que aportas en el transcurso del año y puedes elegir cubrir a un individuo o familia. En la mayoría de los casos, no puedes ser cubierto por una FSA y una HSA simultáneamente. Esto significa que si tu cónyuge tiene una FSA a través del empleo y tú una HSA, su familia debe elegir una u otra. Una excepción: Las FSA de uso limitado, que cubren solo ciertos servicios, tales como visión y dental, son “compatibles con las HSA”.

-¿Quién puede abrir una HSA?

Para abrir y aportar a una HSA, debes estar inscrito en un plan de salud con deducibles altos, es decir, un plan con un deducible de por lo menos mil 350 dólares para un individuo, o dos mil 700 dólares para una familia en el año 2019. Para el 2020, el deducible necesario para calificar aumentará a mil 400 dólares para un individuo y dos mil 800 dólares para una familia. Si alguien más te declara como dependiente en una declaración de impuestos o si estás cubierto por otra forma de seguro además de un plan de salud con un deducible alto, no serás elegible.

-¿Cómo utilizo una HSA?

Las HSA son cuentas bancarias y casi todas vienen con una tarjeta de débito que puede ser utilizada para pagar servicios médicos en consultorios o en una farmacia. Como una cuenta corriente estándar, puedes utilizar una HSA para pagar cuentas en línea o puedes retirar dinero para reembolsarte los gastos cubiertos en efectivo. Debido a que una HSA se puede gastar solamente en gastos de salud elegibles, es importante mantener un registro de las transacciones.

-¿En qué puedo gastar el dinero de la HSA?

La cantidad que aportas se basa en si cuentas con una cobertura individual o familiar, pero el dinero en la cuenta puede ser utilizado para pagar los gastos médicos de cualquier miembro de tu familia, tales como co-pagos por visitas al médico y medicamentos recetados. Las HSA pueden pagar gastos médicos aun si no están cubiertos por tu plan de salud de deducible alto, tales como ortodoncia, cuidado dental y oftalmológico, servicios de ambulancia, extractores de leche materna, incluso servicios de animales. Para una lista completa, consulta la Publicación 502 del IRS.

-¿En qué no puedo gastar el dinero de la HSA?

Las HSA no pueden utilizarse para pagar medicamentos sin receta, suplementos nutricionales o procedimientos cosméticos, entre otras cosas. Cuando compres un medicamento recetado, ten cuidado de pagar cualquier artículo adicional por separado. Una tarjeta de débito HSA tomará nota de cuáles son los artículos elegibles para una HSA, pero no te impedirá pagar por los artículos no elegibles. Los fondos retirados para gastos no elegibles están sujetos a una penalidad del 20 por ciento y al impuesto sobre la renta personal.

-¿Qué sucede con mi HSA si cambio de plan de salud o me inscribo en Medicare?

Una vez que abandones tu plan de salud con deducible alto (ya sea por otro plan de salud privado o por Medicare) no podrás aportar a tu HSA, pero el saldo existente es tuyo para usarlo en gastos elegibles. Las personas que deseen trabajar después de los 65 años pueden elegir inscribirse solo en la Parte A de Medicare (cobertura hospitalaria) sin costo alguno y mantener su plan de salud privado, y también deben dejar de aportar a su HSA pero pueden continuar gastando el saldo. Para los beneficiarios de Medicare, las cuentas HSA pueden ser útiles para pagar los servicios no cubiertos por Medicare, como el cuidado a largo plazo. Los inscritos en Medicare también pueden retirar dinero de sus HSA para pagar productos y servicios no elegibles sin pagar la penalidad del 20 por ciento, aunque todavía estarán sujetos al impuesto sobre la renta personal. Las personas que se inscriben en la Parte A de Medicare (cobertura hospitalaria) pero que siguen trabajando y están cubiertas por un plan de salud con deducible alto como su seguro de salud principal, también tendrán que dejar de aportar a su HSA, pero pueden seguir gastando su saldo.

-¿Cómo puedo sacar el máximo provecho de mi HSA?

Considera tratar tu HSA como una cuenta de inversión, en vez de una cuenta de gastos. Muchas HSA tienen opciones de inversión, aunque solo el cinco por ciento de los 22 millones de cuentas HSA en los Estados Unidos están invertidas en acciones, de acuerdo con el Instituto de Investigación de Beneficios para Empleados. Contribuye con tanto como puedas permitirte, incluso si no crees que gastarás tanto en atención médica en un año. Cualquier saldo más allá de lo que piensas que gastarás en atención médica en un año puede ser invertido y ganar intereses hasta que lo necesites, aunque primero verifica las comisiones que se cobran por invertir. Este enfoque podría ser especialmente beneficioso para las personas preocupadas por haber ahorrado lo suficiente para la jubilación, porque el cuidado de la salud es uno de nuestros mayores gastos en la vejez.

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