A medida que los estados se preparan para los desastres, reconocen que las cosas empeorarán

Tribune Content Agency

WASHINGTON — Legisladores estatales de todo el país están pidiendo enormes inversiones para mitigar los efectos de incendios forestales, inundaciones, huracanes, sequías y otros desastres naturales que el cambio climático torna más devastadores y frecuentes.

Tras la década más calurosa de la que se tiene constancia, en la que se produjeron incendios forestales sin precedentes en el Oeste, fenómenos meteorológicos extremos como la Supertormenta Sandy, una sequía que duró años en California y graves inundaciones en el Medio Oeste, los legisladores de muchos estados afirman que ya es hora de tratar esos fenómenos como la nueva normalidad, e invertir en consecuencia.

“Vamos a ver más y más de estos impactos a medida que pasen los años”, advirtió el senador de California Ben Allen, demócrata. “O bien invertimos en esfuerzos en el terreno ahora mismo o pagaremos mucho más en el futuro”.

El gobierno federal también está mirando hacia adelante. El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano está operando un programa de 16 mil millones de dólares para ayudar a los estados costeros a prepararse para los desastres naturales, un cambio con respecto al modelo típico de financiación de proporcionar dinero después de que los desastres hayan ocurrido.

Incluso estados cuyos líderes no reconocen públicamente la existencia del cambio climático, como Texas y Carolina del Sur, han solicitado fondos federales citando “las condiciones costeras cambiantes” o “impredecibles”, informó The New York Times.

Texas quiere invertir el financiamiento federal en control de inundaciones, el retiro de casas de zonas de alto riesgo y ayudar a los gobiernos locales a pagar proyectos. El año pasado, el estado destinó más de tres mil millones de dólares de su fondo para emergencias al control de inundaciones.

Louisiana espera usar los fondos federales para identificar y registrar las zonas más propensas a inundarse. Ese estado ya está llevando a cabo su propio plan para limitar el desarrollo y trasladar a los residentes fuera de las zonas más propensas a las inundaciones, al tiempo que mejora la infraestructura de las comunidades en terrenos más altos que probablemente reciban a las poblaciones desplazadas de las localidades vecinas.

En Nueva Orleáns, los líderes gastarán 500 millones de dólares en mejoras de infraestructura durante los próximos cinco años, después de que los residentes en 2019 votaran para autorizar un bono para hacer frente a las inundaciones y otras preocupaciones.

“Hay más disposición para la acción entre los estados, porque hay un aumento en los desastres que estamos viendo”, señaló Beth Gibbons, directora ejecutiva de la Sociedad Estadounidense de Profesionales de la Adaptación, una organización dedicada al trabajo de resiliencia climática.

Jim Murley es el jefe de resiliencia del Condado Miami-Dade, que está experimentando inundaciones causadas por el ascenso del nivel del mar y el incremento de las amenazas de huracanes. La planificación para el cambio climático, explicó, es una bestia diferente al típico trabajo del gobierno.

“La mayor parte de lo que hace el gobierno es pensar de tres a cinco años a futuro”, comentó. Con el cambio climático, “tenemos que pensar seriamente en 2040, 2060, 2100; y eso no sucede. No hacemos eso para la planificación del transporte, la planificación del agua, para nada. Tienes que lidiar con mucha incertidumbre mientras que al mismo tiempo debes creer que la ciencia te está llevando por algún camino entre estos escenarios”.

El primer jefe de resiliencia de Florida, nombrado el año pasado por el gobernador republicano Ron DeSantis, está estudiando lo que hacen los gobiernos locales para desarrollar las mejores prácticas que puedan emplearse en todo el estado.

Las propuestas de algunos estados consistirían en pedir prestadas grandes cantidades de dinero para pagar futuras obras, crear nuevos cargos adicionales para financiar cuentas permanentes para desastres o desplazar el desarrollo de las zonas propensas a los desastres. Todos esos planes tendrían un costo para los presupuestos estatales o los contribuyentes, pero los partidarios dicen que el gasto es necesario.

En algunos estados, los críticos argumentan que las propuestas representan un gasto gubernamental excesivo o que infligirían penurias económicas a los residentes. Otros han respondido que algunas medidas no son tan eficientes.

Bajo el status quo, se proyecta que California enfrentará pasivos financieros de 100 mil millones de dólares anuales para el 2050 debido al cambio climático, dijo Allen, el senador estatal. Por eso propone un bono climático, pidiendo prestado más de cuatro mil millones de dólares para ayudar a prevenir incendios y sequías, apuntalar el agua potable y proteger las costas. El bono cubriría una amplia variedad de proyectos, algunos de los cuales se pondrían en marcha casi de inmediato, mientras que otros se identificarán con el tiempo.

Al invertir en proyectos de resiliencia en los próximos 10 a 15 años, continuó Allen, el estado estaría mejor preparado para futuros desastres inevitables. Añadió que los legisladores de California han expresado su interés en su proyecto de ley, que tendría que ser aprobado por la legislatura estatal antes de ser enviado a los votantes para su autorización.

Algunos republicanos han expresado su oposición, incluyendo el asambleísta estatal James Gallagher, quien declaró a The Associated Press que el estado debería pagar por las obras con su presupuesto existente en lugar de pedir más dinero prestado.

Allen, sin embargo, piensa que los crecientes desafíos requieren una inversión adicional a largo plazo.

“Cualquiera que esté pensando en el estado de las cosas en California en este momento en términos de cualquiera de estos problemas (incendios forestales, sequía, aludes de lodo, elevación del nivel del mar) entiende que cualquiera de estos incidentes son parte de una tendencia más amplia”, expuso Allen. “Desafortunadamente, esta es la nueva normalidad”.

En el estado de Washington, la Comisionada de Tierras Públicas, Hilary Franz, está encabezando la campaña a favor de un proyecto de ley que establezca una cuenta dedicada a ayudar a prevenir y combatir los incendios forestales. Un nuevo cargo adicional en las pólizas de seguro de casa y de auto, que se estima que costaría al hogar promedio un dólar al mes, recaudaría unos 63 millones de dólares al año.

“Vemos un número creciente de incendios forestales, vemos un área geográfica cada vez mayor para estos incendios”, enfatizó Franz. “No podemos permitirnos ser complacientes o pensar que son anomalías. … Actualmente gastamos un promedio de 153 millones de dólares al año en el combate de los incendios forestales. Preferiría estar destinando 63 millones de dólares al año para reducir los incendios catastróficos”.

Rogar a los legisladores todos los años para obtener dinero para proyectos de sanidad forestal y recursos de respuesta a incendios forestales ha dado por lo general “cero” resultados, criticó. La cuenta dedicada pagaría nuevos recursos como bomberos adicionales, camiones y un helicóptero, además de financiar el plan del estado para tratar los bosques que han crecido demasiado densos y están llenos de árboles enfermos y moribundos.

La propuesta de Franz tiene patrocinadores demócratas en ambas cámaras, mientras que el Gobernador Jay Inslee, también demócrata, aún no ha intervenido. Franz argumentó que no será fácil aprobar el proyecto de ley por la probable oposición del cabildeo de las aseguradoras.

Mientras que el cambio climático está modificando las condiciones en las zonas costeras, también está haciendo que el Oeste sea más seco, aumentando la probabilidad de sequías más frecuentes y severas. El año pasado, siete estados del Oeste firmaron, y el Congreso aprobó, un acuerdo para usar menos agua del Río Colorado.

Los límites entran en vigor cuando el agua cae por debajo de ciertos niveles. Los líderes regionales afirman que queda mucho más trabajo por hacer para prepararse para condiciones más secas bajo el cambio climático.

En Nueva York y Carolina del Sur, los legisladores considerarán proyectos de ley que prepararían para los desastres motivando a la gente a salir del paso de la naturaleza. Nueva York destinó cientos de millones de dólares a la compra de casas inundadas durante la Supertormenta Sandy. Una propuesta del senador estatal, Joseph Griffo, un republicano, establecería un fondo dedicado a la compra de viviendas, incluso en su distrito del Valle de Mohawk, en el interior del norte del estado.

“Necesitamos contar con un programa permanente en marcha bajo una agencia estatal existente”, dijo Griffo. “En este momento, estamos reaccionando, y hemos hecho un trabajo bastante bueno, pero es caso por caso. Debido a que esto está ocurriendo con más regularidad, pongamos un poco más de estructura juntos”.

Según su proyecto de ley, los residentes cuyas casas se inundan repetidamente podrían cabildear ante su gobierno local para que designe al área como zona de inundación y pida dinero al Estado para comprarlas y devolver la tierra a su estado natural. Dijo que el proyecto de ley ha despertado interés, pero que los legisladores podrían necesitar algo de convencimiento para aprobar más gastos estatales a pesar de un déficit presupuestario de seis mil millones de dólares.

Las zonas costeras de Carolina del Sur propensas a las inundaciones y al ascenso del nivel del mar se han desarrollado rápidamente. Esto ha llevado a un “círculo vicioso” en el que los contribuyentes terminan pagando por el auxilio en casos de desastre para reconstruir casas que se inundarán de nuevo, explicó el senador estatal Stephen Goldfinch, un republicano.

Estas casas pueden ser elegibles para ser compradas por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés), pero el propietario debe cubrir el 25 por ciento del costo. Goldfinch ha presentado un proyecto de ley que proporcionaría préstamos estatales sin interés a los propietarios que no cuentan con el dinero en la mano para cumplir con el requisito de la FEMA. Espera cinco millones de dólares del estado para poner en marcha el programa.

“Hemos experimentado inundaciones sin precedentes durante cinco o seis años”, recalcó Goldfinch. “Si sumas todos los costos de reparación de una casa cinco o seis veces, la compra es una mejor solución”.

En Pensilvania, el senador estatal Jay Costa, demócrata, dijo que el cambio climático está provocando deslaves de tierra más frecuentes en su distrito, incluyendo el colapso de una autopista importante en 2018.

“Con la cantidad de lluvia que hemos estado experimentando”, detalló, “hay comunidades que han sufrido importantes aludes de tierra que resultan del ciclo de congelación-descongelación que hay aquí y los cambios que ocurren en nuestro clima”.

Costa ha propuesto un proyecto de ley para crear un programa de seguros contra deslaves de tierra con respaldado estatal, al tiempo que establece un fondo de asistencia. El fondo daría subvenciones o préstamos para obras de remediación y estabilización, mientras que el programa de seguros permitiría a los propietarios de viviendas obtener una cobertura que actualmente es difícil o costosa de obtener. Ambos programas comenzarían con 2.5 millones de dólares.

Costa ha presentado la misma legislación durante varios años, y está esperando a ver si consigue impulso en la legislatura en 2020, o si será incorporada al plan del Gobernador Demócrata Tom Wolf Restore Pennsylvania (Restaurar Pensilvania) para abordar las necesidades de infraestructura.

En algunas zonas costeras se debate si se debe eliminar el desarrollo de las zonas bajas o si se debe invertir en diques costosos. La Ciudad de Nueva York está considerando varios planes para hacer frente a las inundaciones, incluyendo un dique de 119 mil millones de dólares frente a la costa que la protegería de las marejadas de una tormenta, pero no de las mareas altas o de la escorrentía de las tormentas.

Incluso ese ambicioso proyecto, según algunos críticos, no tiene en cuenta adecuadamente las actuales proyecciones de ascenso del nivel del mar. Es probable que se requiera financiamiento federal y estatal tanto de Nueva York como de Nueva Jersey para pagar el proyecto.

Boston, sin embargo, desechó recientemente sus planes para un rompeolas. En su lugar, el alcalde Marty Walsh, un demócrata, prevé utilizar los fondos locales, estatales y federales, además de inversión privada, para convertir muchas de las zonas vulnerables a las inundaciones de la ciudad en parques y espacios verdes.

Muchos estados y ciudades se enfrentan a preguntas similares en 2020, decidiendo qué lugares necesitan urgentemente de protección contra las aguas crecientes y qué zonas (como partes de las Cayos de Florida) son demasiado caras para salvarlas.

La Supertormenta Sandy inundó un par de subestaciones eléctricas en Nueva Jersey, dejando sin electricidad durante dos semanas a parte del distrito del asambleísta estatal Sean Kean. Kean, un republicano, cuestionó la ubicación de las subestaciones, una cerca del océano y otra cerca de un río. Kean ahora está impulsando una propuesta que requeriría que las empresas de servicios públicos tengan planes de mitigación de inundaciones.

“Tenemos que obligar a las empresas de servicios públicos a adoptar las medidas adecuadas”, declaró.

Nueva Jersey anunció esta semana que requerirá que los constructores tengan en cuenta el ascenso del nivel del mar y otros efectos del cambio climático para que sus proyectos sean aprobados, convirtiéndose en el primer estado en hacerlo. Se espera que la regulación entre en vigor para 2022, obligando a los constructores a considerar las implicaciones a largo plazo del cambio climático, especialmente para los proyectos a lo largo de las 130 millas de costa del estado.

Los legisladores de Maine seguirán de cerca el trabajo del Consejo del Clima de Maine, que la legislatura estableció el año pasado para presentar recomendaciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del estado y prepararse para el cambio climático.

La comisión propuesta por la representante demócrata del estado Lydia Blume para evaluar los peligros para las comunidades costeras causados por el cambio climático se incorporó a la misión del consejo.

“La idea es que no solo estemos esperando un desastre”, dijo Blume. “Estamos anticipando que necesitamos hacer cambios para ser más resistentes en el futuro”.

Se espera que el consejo presente propuestas este año.

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