CHICAGO — Los fiscales federales en Chicago planean presentar evidencia el lunes de que un miembro de alto rango del famoso cártel de drogas de Sinaloa trató de “golpear” a un testigo clave en su contra en la cárcel federal del Loop.
Está previsto que Jesús Beltrán León, quien según los fiscales trabajó directamente con los hijos del jefe de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, sea sentenciado en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos por importar miles de libras de narcóticos a EU en nombre del cartel. Se declaró culpable en abril.
Al solicitar una sentencia de al menos 35 años de prisión, los fiscales dijeron en un reciente documento ante el tribunal que León ofreció pagarle a un recluso del Centro Correccional Metropolitano 25 mil dólares para “dañar gravemente” a otro miembro del cartel de “rango extremadamente alto” (identificado solo como Testigo Cooperante 1) antes de su juicio entonces programado.
“Pártele la cabeza”, supuestamente ordenó León, según los fiscales. Otro recluso luego grabó en secreto a León hablando sobre el ataque planeado y testificará sobre la conversación el lunes ante el juez federal de distrito Rubén Castillo, según el documento.
“Como resultado directo de la amenaza (de León), el Testigo Cooperante 1 se vio obligado a pasar tres semanas en aislamiento y luego ser transferido a una instalación diferente” para protegerlo de daños, mencionaron los fiscales.
Los fiscales dijeron que el plan para dañar al testigo era un procedimiento operativo estándar para León, quien era conocido por llevar un AK-47 bañado en oro y hablaba en comunicaciones interceptadas por la policía durante años sobre violencia, secuestros y asesinatos en nombre del cártel.
“(León) operaba en los niveles más altos del mundo del narcotráfico, introduciendo miles de kilogramos de drogas y sacando millones de dólares de las ganancias fuera de Estados Unidos durante años”, escribió la fiscal federal adjunta Erika Csicsila. “(Su) papel dentro del cartel era integral y perpetuó la destrucción y la violencia que van de la mano con el tráfico de drogas”.
Al solicitar la pena mínima posible de 10 años de prisión, los abogados de León señalan que los fiscales han exagerado enormemente su papel en el cártel e ignoraban la evidencia convincente de que León fue brutalmente torturado por miembros de la Marina mexicana después de su arresto en 2014, abuso presuntamente presenciado por agentes federales de EU de drogas.
“(León) fue torturado física, brutal y repetidamente”, escribió el abogado principal de León, Beau Brindley, en un documento judicial el mes pasado. “Si uno debe elegir entre ser duro contra el crimen y duro contra la tortura, uno debe elegir a este último como el mal más insidioso que hay que erradicar. A diferencia del crimen en sí, este tipo de tortura erosiona el respeto por nuestras instituciones”.
Castillo había escuchado previamente evidencia sobre la presunta tortura como parte de un esfuerzo de defensa para desestimar la acusación. Si bien Castillo se negó a retirar los cargos, dijo en un fallo que las acusaciones pintaban una “imagen inquietante” de las tácticas empleadas por la policía en México.
El juez también añadió que estaba “profundamente perturbado por la acusación de que los agentes de las fuerzas del orden estadounidenses podrían estar tolerando o haciéndose de la vista gorda ante estas tácticas”.
León, de 35 años, también conocido como “El Trébol”, fue agregado a una acusación formal en 2014 contra el famoso cártel mexicano que ha sido descrito como el caso de drogas más importante en la historia de Chicago. Se declaró culpable del tráfico de narcóticos en abril en una declaración que no conlleva un acuerdo con los fiscales sobre una posible sentencia que podría ser cadena perpetua.
La acusación, que también menciona a El Chapo y varios de sus principales secuaces, alegaba que el cartel usaba aviones jumbo, submarinos y túneles para contrabandear cantidades enormes de drogas hacia EU, muchas de las cuales luego eran distribuidas en cantidades mayoristas a través de una red creada por los gemelos de Chicago Pedro y Margarito Flores.
Los cargos alegaron que León actuó como teniente del hijo de El Chapo, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, y ayudó a coordinar grandes envíos de drogas a EU para su distribución. Los miembros del cártel luego lavaron miles de millones de dólares en ganancias para regresarlas a México, según los cargos.
Para proteger su lucrativo comercio de drogas, los miembros del cártel, incluido León, utilizaron todos los medios necesarios, como “sobornar a funcionarios públicos corruptos”, cometer secuestros y extorsiones, y amenazar o cometer violencia contra narcotraficantes rivales, así como miembros de la policía, alegan los cargos.
Según una reciente declaración judicial de la acusación, un ex miembro de alto rango del cártel de Sinaloa que cooperó con las autoridades federales y conocía a León desde hace más de una década, confesó que fue testigo de cómo uno de los hijos de El Chapo le ofreció a León una “oportunidad de inversión” para importar kilogramos de cocaína desde Venezuela en avión. Él aceptó, informó el miembro del cártel a las autoridades.
El mismo informante le reportó a las autoridades que se había enterado por parte de León que él estuvo con el hijo de El Chapo cuando recogieron al jefe del cártel después de su fuga de la prisión en 2001, según el documento.
Otro ex miembro del cártel que cooperó con los federales le señaló a las autoridades que vio a León correr en febrero de 2014, solo para enterarse de que acababa de estar en un restaurante con dos de los hijos de El Chapo cuando un mesero les avisó que “el gobierno se acercaba”, indicó el documento judicial.
El informante dijo que León le informó que habían intercambiado ropa con los camareros y luego escaparon, dejando atrás sus autos, según la presentación de la fiscalía.
Guzmán fue declarado culpable en Nueva York a principios de este año por cargos de conspiración para asesinar y de tráfico de drogas y sentenciado en junio a cadena perpetua.
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