Terapia de guantes blancos: adolescentes “ven” autos antiguos a través del tacto

Tribune Content Agency

La regla de “mirar, pero no tocar” en el Museo de Automóviles Antiguos de Fort Lauderdale fue suspendida brevemente un martes reciente por la mañana.

Usando guantes blancos para proteger los automóviles, unos 20 visitantes adolescentes pasaron sus manos sobre los enormes y lujosos automóviles Packard. Dieron golpecitos a los neumáticos de 2 pies, acariciaron los asientos de cuero y palparon volantes que tenían dos veces el tamaño de sus cabezas.

“Es realmente interesante porque, al tocarlos, puedo ver las diferencias, y algunas similitudes, en comparación con los autos de hoy”, dijo Silvio Plata, de 15 años. “Es casi como si tuviera ojos y pudiera ver la estructura, y puedo darme una idea de lo que tenían en aquel entonces”.

Silvio y los otros adolescentes, que pertenecen al Faro de Miami para Invidentes e Impedidos Visuales, escucharon mientras asistentes describían las docenas de autos alineados en el lugar para que, a través de sus sentidos del tacto y el oído, pudieran “ver” los vehículos por sí mismos.

La visita al museo fue parte del programa de transición de la organización que pretende preparar a los adolescentes para futuras oportunidades de empleo, dijo Carol Brady-Simmons, directora de programas. También pone énfasis en la vida independiente y las habilidades de comunicación que una persona necesita para trabajar e ir a la universidad.

“Quien es ciego puede hacer cualquier cosa que una persona vidente puede hacer. Solo tiene que hacerlo de manera diferente”, dijo. “Pero es muy importante que estos chicos adquieran habilidades para invidentes y técnicas a una edad temprana para que puedan insertarse en la sociedad”.

El museo de autos antiguos fue solo uno de los muchos viajes de estudio que el grupo realiza para enseñar a los niños y jóvenes sobre diferentes industrias, agregó Brady-Simmons. Han visitado el Centro de Documentación y Educación sobre el Holocausto, una tienda Costco Wholesale y una clínica de hockey de los Panthers de Florida, dijo Brady-Simmons.

Bob Jacko, director de restauración del Museo de Automóviles Antiguos de Fort Lauderdale, dio la bienvenida al grupo con una breve lección de historia sobre los automóviles, algunos de los cuales datan de 1908.

Los autos de Packard eran todos fabricados a mano, por eso eran tan caros, dijo Jacko a los adolescentes. Les explicó cuánto trabajo requería crear estas bestias de metal de casi 5,000 libras y cómo el museo las ha mantenido durante todos estos años, lo que generó muchas preguntas.

“¿Qué tan ruidoso es el motor?”

“¿Qué tan rápido puede desplazarse?”

“¿Qué capacidad de gasolina tiene, y de cuál gasolina se le pone?”

“¿Cómo mantienen estos autos tan brillantes?”

Jacko respondió a todas ellos con facilidad mientras ofrecía descripciones visuales de los autos, como su tamaño, su color, sus diferentes partes y su diseño.

Virginia Jacko, la presidenta del Faro de Miami y esposa de Bob Jacko, dijo que es vital hablar con las personas invidentes y con discapacidades visuales de la misma manera que se haría con cualquier otra persona, porque así les es más fácil integrarse a la sociedad.

Comentó que cuando las personas ven a alguien con un bastón o un perro guía, a menudo intentan comunicarse con él o ella a través de otra persona, en lugar de hablar directamente con el invidente.

El programa del Faro de Miami tiene un “gran impacto en las vidas de miles de niños”, dijo, porque les enseña a comunicarse de manera efectiva con los demás y a incluirse activamente.

“El solo verlos crecer y aprender a abogar por sí mismos nos hace sentirnos muy orgullosos de ellos”, dijo Virginia Jacko, quien perdió la visión por completo hace unos años.

El programa para adolescentes, que actualmente tiene 42 miembros, reúne a niños de las escuelas de todo el condado de Miami-Dade, no solo para que aprendan estas habilidades fundamentales, sino también para que conozcan a otras personas ciegas o con discapacidad visual.

Kaden Jamid, de 13 años, dijo que era el único estudiante ciego en su escuela secundaria. Autoproclamado una mariposa social, Kaden dijo que la ceguera no le impedía hacer amigos e interactuar con otros estudiantes, pero agregó que le encanta estar rodeado de otros como él en el Faro de Miami.

“Es muy divertido salir con un grupo de personas y conocer gente nueva que, más o menos, tienen la misma discapacidad que yo”, dijo Kaden. “Cuando vengo aquí, no estoy solo”.

Silvio y Kaden, quienes perdieron la vista por cáncer a una edad muy temprana, han estado en el Faro de Miami desde que eran bebés y coincidieron en que no estarían donde están hoy sin la organización.

“Con el Faro de Miami, tienes un océano de oportunidades que ninguna otra persona tendría”, dijo Silvio. “Tienes que ser muy especial para venir aquí, y eso es lo que el Faro de Miami nos ha dado: una experiencia única”.

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